Adios a las clases~

*Los baños, un lugar ideal para saltarse las clases cuando no se podia o tenia ganas de subir a la azotea, pues en caso de que te pillasen escaqueandote de las clases aun ,aun podias hacerte un poco el loco y si estabas con suerte o bien el profesor de guardia que te habia pillado era majo, o simplemente no tenia ganas de calentarse la cabeza fastidiandota podrias hasta incluso librarte, pues no seria la primera vez que el peliazul lo hacia, habiendose saltado ya tantas clases era todo un expreto. Es más, podria decirse que habia aprobado el curso anterior gracias a su increible suerte, o mejor dicho, a la increible fortuna de su familia, pues valla vergüenza que el hijo de la familia Lightsworn repita primer curso, asi que mejor pagar y aqui no ha pasado nada, que divertido, ¿verdad? Podia hacer lo que le diese la gana, puesto que si llegaba a ocurrir algo tan solo tendria que acudir a su padre y este soltaria el dinero como un corderito.

Pero al parecer eso empezaria a acabarse, o eso afirmaban algunos criados de su familia, con demasiado tiempo libre, francamente, pues si se atreviam a cuchichear tan descaradamente sobre los problemas del hijo más joven de los amos de la casa seria porque no tenian nada mejor que hacer, ¿no? Su padre siempre tan blando, si no trabajaban como es debido más le valia despedir a esos incompetentes, en vez de quejarse tanto al chico de que gastaba sin ton ni son un dinero que no habia ganado él. ¿Y que más daba si no lo habia ganado él? El dinero estaba para gastarse, ¿no? Asi que él hacia bien gastandoselo para divertirse y tener unos felizes recuerdos de su juventud, todo ese dinero desperdiciado en caprichos, gruñia el viejo, ¿y que? Los caprichos alegraban el corazón de su hijo, no hacia falta que se pusiese asi, jodido dinosaurio.

Miró el caro reloj que lucia en su muñeca tan tranquilamente, ah, las clases ya debian llevar un quarto de hora, bueno, ya quedaba menos, en sonar el timbre se largaria a la terraza, pues alli se podian echar unas siestas geniales, mucho mejor que una mierda de baño, agh, esos cubiculos enanos le agobiaban de manera exagerada, por favor, el baño de su mansion era mucho más grande que ese, como dos o tres veces el aula, esto de estudiar en un instituto para plebellos podia ser un fastidio a veces, ademas, de vez en cuando aparecia algun que otro imbecil con honor que no se dejaba comprar, como su profesor de ingles del año pasado, pero bueno, el ingles y el arte eran dos de las poca materias que se le daban bien y le gustaban, asi que no le importaba si el profesor no se dejaba sobornar, podia aprobarlas por su propia cuenta, al fin y al cabo no era un inutil, tan solo un vago que habia aprendido que podia consegui lo que quisiese sin tener que esforzarse, pues el dinero que estaba a su alcance le permitia comportarse de esta forma.

Rebuscó en el bolsillo del pantalos y luego en el de su chaqueta, sacando una cajetilla de cigarros negros, de esos que olian a chocolate o a vainilla cuando te los fumabas, se llevó uno a los labios, subiendo sobre la cisterna para llegar hasta la ventana, abriendola para no dejar tanto olor a tabaco en el baño, pues mejor que corriera el aire, ademas, si se notaba demasiado el humo podrian pillarle. Una vez estaba abierta de su otro bolsillo sacó un bonito encendedor plateado, con algunas formas en reliebe sobre el, utilizando para prender el cilindro, del que dió una profunda calada, antes de apartarselo con los dedos indice y corazón de los labios, dejando el humo salir por la ventana, pues estaba fumando de cara a esta.

Un poco más tarde, cuando su cigarro ya se habia consumido casi hasta el filtro, lo apagó y lo tiró por la ventana, eliminando las pruebas antes de salir del cubiculo y acercarse a uno de los grifos, tomando un poco de agua y llevandosela a sus labios, agh, llena de cal, que asquerosa sensación, no tenia ni punto de comparación con la que le traian a él envasada, o en su defecto la de la depuradora de su casa, eso si era agua, en cambio lo que acababa de descender por su garganta era cal con agua en vez de agua con cal, ciertamente repugnante.

En acabar de beber este desagradable liquido cerró el grifo, pues aunque el agua a su paladar fuese repulsiva los plebeyos parecian no notarlo, ademas, no habia que desperdiciar agua, o eso repetian sin cesar el la television, criticando sin descanso los aburridos campos de golf, como al que acudia el padre del muchacho padre, ya que al parecer, malgastaban mucha agua. Lumine ya estaba molesto, no le gustaba ese cuartucho del demonio, ni siquiera le gustaba este colegio; quisó sentarse en otro lugar, pues empezaba a sentirse atrapado dentro de las pequeñas cabinas, como si cufriese de claustrofobia, mas en mirar al suelo sus tripas se revolvieron, le entraron ganas destrozar semejante pocilga, el suelo estaba mojado, vete tu a saber si de agua o si de algo mas, todo sucio, lleno de las marcas de las zapatillas baratas de los otros estudiantes, y al parecer ahora tambien de las suyas. Decidido, no volveria a ir a ese asqueroso augero, para eso mejor irse a clase a dormir o a dibujar, o a lo que fuese.* Este sitió es asqueroso... *Murmuró ya molesto*

Tenía una hora libre y realmente no sabía que hacer. Simplemente se paseaba de un lugar a otro sin demasiada orientación.
De pronto, vio un chico tirando algo por la ventana del baño y se acercó pacíficamente. Observó como bebía un trago de agua y como se quejaba del instituto.
Había conocido muchos chicos así y solían ser las únicas personas a las que soportaba medianamente.
Abrió la puerta y pasó silenciosamente. La cerró tras de sí y le mostró a su recién descubierto especimen de estudiante problemático una sonrisa ladeada.

- Hola sempai ¿Saltándote las clases?

*El peliazul estaba distraido, apreciando la repugnancia del lugar y quejandose de esta, mas el ruido de la puerta, aunque practicamente no habia hecho ninguno, llamó su atención, afortunadamente no era ningun profesor, tan solo un chiquillo que no seria mucho más pequeño que él, y puesto que le llamaba sempai debia de ser de primero, ¿no? Vaya, vaya, ¿acaso estaba saltandose tambien las clases? Estos niños, aunque tampoco es que a Lumine le importase, después de todo no eran más que miserables plebeyos, gente corriente que seguira creciendo y empezara a trabajar en algun lugar que, algun dia, seguramente odiaran. Pobres gentes corrientes, él no tenia ese problema en absoluto; en girarse hacia el recien llegado sus llamativos ojos disparejos le clavaron en él, analizandole de arriba a abajo para ver si era digno de dirigirle la palabra, y al parecer estaba dentro de lo aceptable, pues los finos y sensuales labios de mayor se abrieron lentamente, dejando salir algunas palabras.* ¿No es obvio? ¿Y tu que haces aqui?...

*Habló con su brusquedad habitual, sin llegar a ser borde, puesto que aun no le habia "estudiado" lo suficiente como para determinar si era un ente molesta en su entorno o si simplemente no merecia la pena prestarle la más minima atención, aunque esto a veces hacia que la gente se molestase un poco, pero bueno, solo tenia que enseñar el fajo de billetes "casualmente" y esas ratas se echaban a lamer sus botas, era algo bastante divertido para él. ¿Y este chico? ¿Seria como esos pocos infelices, que afirman que no creen necesitar el dinero para tener una vida plena? ¿O seria de estos lame-botas, simples y vanas sanguijuelas que se apegaban a él hasta que no podian soportar más las torturas a las que los sometia? No pudó evitar que una sonrrisilla maliciosa se dejase ver en su rostro por unos instantes, pero no tardó en ponerse de nuevo su mascara de indiferencia.

Empezaba a sospechar que disfrutaba demasiado destruyendo los sueños de los demas, pues aunque fuesen ratas todos tenian sueños, ¿no? ¿Sueños? Hace mucho que dejó de soñar, los sueños sobreviven porque son cosas muy dificiles o imposibles de conseguir, cosas que se sacan con esfuerzo y dedicación, cosas por las que se ha de esperar pacientemente, pero ¿cuando se ha visto a un rico esperando? Eso ya no pasaba, una persona con dinero y posición si queria algo lo tomaba al instante, eran las cosas buenas, y a su vez malas, de tener dinero, que nada era deseado, por eso a veces pensaba que podia llegar a envidiar a la gente corriente. Pero en acordarse de su deportivo, su mansion de lujo, todas las hermosas mujeres y cosas parecidas se olvidaba totalmente de esas envidias injustificadas.

Dió un par de pasos hacia el muchacho, para poder mirarle mejor, tks, su kohai era más alto que él, pues vaya una suerte la suya, y es que su padre era el tipico jefazo un poco bajito y rechoncho, con bigote y que siempre estaba con el puro en la boca, de los de los domingos al campo de golf, a veces él mismo se sorprendia pensando lo hermoso que era, y más sabiendo que habia salido de la union de semejante bicho con una de las tipicas mujeres delgadas como un palillo, con poco pecho y caido, con ese peinado tan tipico de las viejas que van a la iglesia en domingo y sobretodo con esas piernecitas escuchimezadas y feas, ciertamente habian creado algo hermoso entre esos adefesios. Bueno, continuando con el analisis del rostro todavia sin nombre pasó a fijarse en sus cabellos, de un blanco muy hermoso, no estaba mal, un punto para el kohai, ademas, parecian bastnte bien cuidados para ser los de un plebeyo; continuó por su rostro, para lo que descaradamente acercó el suyo al del otro, que aunque le superaba en altura tampoco era tanta, piel clara, y, vaya, otra cosa interesante, sus ojos carmesi eran bastante hermosos.* Oye, ¿como te llamas?... *Preguntó más sonriente, con su rostro todavia apegado al del pequeño*

- En primer lugar, aléjate de mi o te patearé el trasero pedazo de mamón - le empujó con bastante violencia - y en segundo lugar, yo soy Kytsume Ichidara, tu... mmm... "Kohai" - puso énfasis en representar las comillas con los dedos.

Aquel chico era uno de esos caprichosos que tanto le gustaba analizar. No es que estuviese interesado en el ni mucho menos, pero por lo menos se entretendría hasta la siguiente hora.

- Y ahora, ya que hemos acabado las presentaciones... - le pasó el dedo por los labios y después lo lamió - podrías darme un par de caladas de esos cigarrillos tan aromáticos - sonrió de lado.

*Su reacción le sorprendió bastante, pues no era para tanto, no le habia ni tocado, ni ganas que tenia, tan solo se habia acercado a él para mirarle más de cerca. Puesto que ese era uno de los primeros novatos que se encantraba, pues el año pasado el era novato, este era su primer año como sempai, aunque con su estatura todavia pasaba por uno de los de primero.

Pero bueno, era bien conocido, no solo por sus riquezas, si no tambien por los problemas que habia dado a muchos profesores ya, puesto que su tutor del año pasado aun seguia con la baja por depresion. El pobre hombre las pasó canutas despues de conocer al peliazul, y eso que en un primer momento no se llevaban mal, es más, parecia que pondria a Lumine a estudiar de verdad. Pues el joven de los ojos disparejos no es tonto, ni mucho menos, tiene un elebado potencial, mas no le interesa explotarlo en lo más minimo.

Su brusco empujon le hizó golpearse la espalda contra la pared, que bestia, eso habia sido doloroso, a lo que tan solo contestó con una amenazante mirada, pues en principio no tenia intención de hacerle nada al niño por tan solo un pequeño empujoncito.*

Lumine Lightsworn... *Contestó tras escuchar su presentación, apartandose de la pared y llevandose la mano a la espalda, que todabia le dolia un poco de ese golpe tan de improvisto, mas hubó algo más que le cabreo del chico, su forma de decir kohai no le resultó precisamente graciosa, ¿es que acaso se estaba burlando de él? Decidido, ese maldito niñato, Kytsu, seria su proximo blanco, y de verdad que se esforzaria en fastidiarle.

Eks, uno de los dedos de esa rata se paseó sobre sus labios, y para colmó después lo lamió, que asco, debia desinfectarse de las bacterias del pueblo bajo, asi pues y sin miramiento alguno sacó un pañuelo desechable con agradable olor a vainilla de su bolsillo y se lo pasó por los labios, limpiandolos frente a los ojos del mismo chico, quien los habia tocado, quien sabe si jugando o no.

¿Cigarrillos? ¿Ese niñato acababa de pedirle uno de sus cigarros negros de la marca Black Stone? No es porque la marca fuese cara, que lo era, pues el dinero no le importaba, pero desperdiciar uno de esos cigarros en este chaval era un sacrilegio, ni loco le daria de sus Black Stone.* Ni lo sueñes niño, aun te quedan muchos petit suisses antes de quepuedas fumar uno de mis cigarros... *Contestó burlon, ignorando al recien llegado y acercandose a la puerta, ya estaba harto de ese asqueroso augero, de ese novato desagradable y de todos los plebeyos de esta academia.*

- En ese caso no me dejas más opción que... probarlos por mi mismo.

En apenas unos instantes sujetó la muñeca de Lumine y lo colocó contra la pared, tomó la otra muñeca y lo acorraló, pasando una pierna entre las suyas.
Su corazón estaba desbocado, se debatía entre un "sí" y un "no" rotundos pero... ¿Por qué contenerse con aquel chico que lo despreciaba?
Si aceptaba el hecho de que aquel matón de tres al cuarto tenía peor comportamiento que él, acosarle un poco y disfrutar a su costa no sonaba como algo tan maléfico.

Posó sus labios sobre los de su sempai. Los movía lentamente, pues para él siempre había resultado más placentero así. ¿Si metía la lengua moriría inmediatamente después?
Debía tener complejo de masoquista, porque metió su juguetona lengua para intensificar el beso.
No se daba demasiada cuenta de lo que estaba haciendo... aquel chico tenía algo que le incitaba a ser un desquiciado animal salvaje.
Sabía que en cuanto se separasen recibiría una paliza y el chico le intentaría humillar limpiándose y mirándole con asco... pero no es como si eso le importase en lo absoluto.

Por lo tanto, simplemente disfrutó el contacto de aquel extraño chico, que tenía el cabello azul y los ojos disparejos, pero un extrañamente agradable aroma a cigarrillos de vainilla.