Merecido descanso. [Aviso: posible autoconsuelo (cof cof)]

Había sido una mañana larga y aburrida. Primero había tenido una pequeña reunión con el director para asegurarse de tener todo en orden, desde el reglamento de régimen interior hasta su carnet de la biblioteca. ¿Por qué coño le daban un jodido carnet de biblioteca? Se sentía como si hubiese vuelto a sus años de preparatoria, pero ahora él era la persona poderosa y todos los demás eran simplemente un montón de adolescentes hormonados con unos hermosos traseros que violar... Bah, ya tendría tiempo de divertirse.

Se encaminaba hacia las duchas, con una pequeña toalla de baño, un gel de vainilla y una colonia de hombre, de aroma fuerte. ¿Por qué utilizaba gel de vainilla? Eso debía preguntárselo a la mujer de la tienda. "Los hombres necesitan cuidar su cuerpo, desprender aromas frutales y adorables que nos atraigan por completo. Con este gel, tendrá a miles de señoritas a sus pies". En ese mismo momento fue cuando le dijo que era gay y que solo le interesaba tener bonitos chicos a los que dar por el cu**. La dependienta se quedó pálida, pero por el mal rato que le había hecho pasar, se llevó el condenado bote de gel afeminado.

Se comenzó a desvestir. Al principio de la mañana llevaba un traje adecuado para la ocasión, de color negro y con una camisa roja debajo. También llevaba corbata, pero de forma informal y mal atada, de modo que los primeros botones de la camisa pudiesen quedar desabrochados. Ahora, después de pasar por su nuevo cuarto, ya se había puesto una camiseta negra ajustada y unos vaqueros oscuros, además de sus pesadas botas militares. Las cruces que llevaba al cuello no se las quitaba ni para ducharse, por lo que permanecieron en su lugar.

Se liberó de los calzoncillos y los dejó en un colgador cercano, junto con la toalla. Después entró en la zona de las mangueras. Abrió una y la dejó calentarse un poco.

- ¡Me cago hasta en la p***! ¡Menuda mier** de duchas! - el agua ni siquiera estaba templada - El agua fría es para que no se empal*** los estudiantes ¿No? ¡Pues me suda la p***! ¡Más le vale a esta pu** mier** de ducha calentar el agua de una jodi** vez!

No era extraño que madijese casi todas las cosas que le rodeban. Estaba demostrado que decía más tacos que palabras correctas y que no era bueno para tratar a la gente con la que no tenía obligación de trabajar.
Por suerte, antropología era una asignatura optativa y no creía que muchos alumnos se apuntarían a ella, puesto que casi nadie conocía su finalidad exacta. Además, había decidido que sólo les guardaría respeto a sus compañeros docentes. Los adolescentes podían irse a tomar por el cu**.

Cuando el agua estaba un poco más caliente comenzó a pasarse las manos por todo el cuerpo. Tomó el frasco de gel y dejó caer un poco en su palma izquierda, la frotó con la derecha y las deslizó juntas por toda la extensión de su anatomía.
Tenía muchos músculos marcados pero, como casi todos los hombres iguales a él, su mayor orgullo estaba entre sus piernas. El calor ya la tenía más "contenta" y el contacto de sus manos posiblemente consiguiese relajar toda la tensión acumulada durante el día. La comenzó a acariciar lentamente, con una sola mano, buscando la reacción deseada. Con la otra, se apoyó contra la pared de la ducha. Solo estaba comenzando, pero el agua deslizándose por su espalda le provocó un leve jadeo.

Estaba ansioso porque le pillase algún estudiante despistado. Le gustaba verles la cara de asombro o de deseo. Dependiendo del estudiante, quizá podría pasar un buen rato "educativo".

Sonrió ante la idea y aumentó un poco el ritmo. El sonido que producía su propio cuerpo era bastante bueno y le mantenía concentrado en lo que hacía. Además, las gotas impactando contra el suelo de las duchas le producían un leve éxtasis psicológico.

*Vaya mieeeeeeeeerda de día, la ducha de su puto apartamente estaba estropeada, no sabia que cojones habia dicho el feo, sucio y gordo fontanero, algo de las tuberias, el peliazul estaba demasiado ocupado intentando no vomitar por la peste y lo desagradable del fisico del viejo ese, como no, amigo del cerdo de su padre, ya se sabe, las ballenas horripilantes debian entenderse entre si.

Asi que sin ducha en el apartamente por primera vez en sus dos años, por primera vez desde que iba a un colegio de plebellos, deberia ducharse en ese repugnante lugar que compartian todos, en las duchas de la institución, pues estas por lo menos estaban vacias a esta hora, pues que todavia habian clases, pasaba de ir a un baño publico, era aun más repulsivo, ademas, la ultima vez le abordó un viejo verde.

Pues nada, que a la ducha se ha dicho, entró en el cuarto de azulejos baratuchos de mala gana, entre quejas y refunfuños, pero vaya su suerte que iba a resultar que no estaba solo, y el gilipollas que habia en la otra ducha era todo un mal hablado, se estaba desvistiendo intentando ignorarlo a él y a su presencia, más cuan estaba a punto de quitarse el boxer se harto de tanto escandalo de mierda.

Abrió una por una las puertas de los cubiculos, haciendo que sonara cada vez el fuerte golpe de la puerta al abrirse a lo bestia, y tras varios golpes hubo una ducha donde se hoy el agua y la voz de alguien, la abrió de golpe al igual que los anteriores y le dió un grito al de dentro sin fijarse en si era hombre, mujer, profesor, sempai, kuhai o lo que fuese.* ¡Oye tu mamonazo de mierda me molestan tu lloriqueos de maricona! Me da igual si te gusta este jodido sitio o no, asi que callate...

*Eso fue lo que dijó pero cuando abrió la puerta mirandole furioso se encontró con que habia pasado de malidecirlo todo a masturbarse, dios, ¿es que no tenia cuarto propio? Joder y encima ni siquiera un estubiante, un profesor, un puto profesor masturbandose en una de esa mierda de duchas.

En principio se sorprendió al verle, o mejor dicho al verle haciendo eso, pues a simple vista estaba muy bueno, era tremendamente follable; esto hizó que sus mejillas se pusieran pero tambien en su rostro se mostró una expresion de despreció de asco, pues no entendia de que coño iba todo eso, ¿Tenia que hacerlo en las duchas de la academia y en horario escolar? ¿Acaso era uno de esos depravados? Eks, eso le resultó un tanto asqueroso.

Cerró la puerta despació y se dió media vuelta, dispuesto a irse a su ducha, a lavarse y a olvidar completamente todo lo relacionado con ese encuentro, con ese profesor, con ese jodido pervertido. Dió un para de pasos, tomó aire, y abrió de nuevo la puerta, mirandole con algo de ¿lastima? Pues francamente le resultaba algo, ¿patetico? ¿asqueroso? ¿repulsivo?* Jodido deprevado gracias a ti mi mierda de ducha parece va a ser aun peor, ¿quien coño te manda hacer eso aqui...

*Le gruñó aun alejado de su persona, molestó con ese cerdo, que le serviria para desfogarse, pues estaba de muy mal humor, normal, iba en boxers por la ducha de su preparatoria y encima habia encontrado a un profesor masturbandose en estas, eso era caer taaaaan bajo, y lo peor de todo, el tio estaba como un tren y le habia puesto caliente con tan solo ver como se masturvaba.*

¿Un criajo le estaba gritando no se que mierdas sobre una maricona o un depravado o algo así? En ese momento no le salía de la po** contestarle. Estaba disfrutando de una menera muy escandalosa. Debía admitir que la voz del chico había logrado que se le levantase aún más, puesto que le gustaba que le mirasen.

Tranquilamente se dio la vuelta y se sentó en el suelo, apoyando la espalda contra la pared y continuó con lo que estaba haciendo. Miró al chico directamente a los ojos, con una sonrisa ladeada y la mano sobrante sobre una de sus rodillas.

- ¿Tienes algún problema con que me la este cascando aquí mismo, niñato? - su voz estaba algo más ronca de lo normal, a causa de sus movimientos cada vez más rápidos - Si quieres puedo joder contigo y así se te quita esa cara de amargado que tienes.

A pesar de lo dicho no se movió ni un centímetro de donde estaba. El agua ahora le caía por la zona del vientre y bajaba hasta su entrepierna, aumentando la sensación. No se corría con facilidad, por lo que podria disfrutar más tiempo de la mirada de aquel chaval.
¿Era asco lo que se reflejaba en sus ojos? Le importaba una mierd*. Él hacia lo que le daba la put* gana donde le daba la put* gana.

- Aunque, pensándolo mejor, quizá deberías irte... ese cuerpecito de niña que tienes no es lo suficientemente bueno como para que me corra.

Cerró los ojos y recostó la cabeza sobre las baldosas de la pared. Abrió la boca y jadeó un poco. ¿Le seguía mirando? Muy bien, pues que viese un espectáculo que no olvidase. Quizá algún día podría cepillarse a aquel niño depravado.

No negaba que el chabal era uno de esos chicos a los que no le importaría cepillarse. Tenía la complexión perfecta para ser su nueva mascota. Siempre le había gustado la idea de que un alumno le llamase "amo" mientras le daba duro por detrás.

¿Era un depravado? Sí, lo era, pero no le importaba en absoluto. Los que se cohibian de joder por su educación o por el que dirán eran o retrasados o mojigatos sin sangre en las venas.

Abrió de nuevo los ojos y volvió a posarlos sobre los dispares del chico. Aunque parecía que destilaba asco, en realidad lo más probable es que estuviese excitado. Al fin y al cabo era un chaval cargado de hormonas que había pillado a un hombre adulto, un profesor, mastubándose en medio de las duchas.

- ¿Por qué no pruebas a hacer esto tu también? - se proporcionó una estocada un poco más profunda - El sonido del agua, mis jadeos... el calor... ¿No te apetece jodértela un rato?

Sonrió con prepotencia. Si le respondía mal, que le dieran. Si le respondía bien, quizá podría ver a un chico mono masturbándose justo ante sus ojos.

Y después, si conseguía fumarse un cigarrillo tranquilo, tendría una noche agradable.

*A él no le importaba una mierda lo que hiciese ese viejo pervertido, pero, ¿tenia que ser en la ducha? ¿El mismo dia que él? Y por favor, ¿sentado en el suelo que sabe dios cuantas veces habran pisado esos plebeyos, el cual esta sucio, lleno de germenes? Él ni siquiera iba descalzo por la posibilidad de pillar hongos y el so cerdo del otro estaba tirado en el suelo haciendo esa clase de cosas*

No me importa que te hagas una paja, yo por mi me uniria encantado, pero el suelo de la ducha me da un asco increible... Viejo antihigienico ¿no podias hacerlo en tu cuarto? Joder, pillaras algo por sentarte hay... *Comentó sintiendo nauseas, podia soportar, e incluso entender que se masturbase en el baño, pues el peligro de ser atrapado al chico tambien le ponia muy caliente, y más siendo un profesor, seria excitante ser sorprendido asi por un alumno, ¿verdad? Pero hacerlo sentado en el suelo... eso ya si que no entraba dentro de sus planes o fantasias, si fuese el de su baño pues vale, pero en las duchas de un colegio publico, eks, no gracias.

¿Cuerpecito de niña? Jodido hijo de perra llevaba practicando artes marciales desde los 7 años, su "cuerpecito de niña" era el de todo un maestro de artes marciales, que no tubiese unos musculos como los suyos. Por cierto muy bien definidos y en su sitio. No queria decir que fuese un debilucho, simplemente su cuerpo era delgado y tremendamente esbelto, pero el se alimentaba a la perfección.

Dios mio, ¿¡estaba jadeando!? ¡¡Estaba jadeando!! Sus mejillas se pusieron rojas en un santiamente, ¿por que un tio tan sexy se ponia a cascarsela en medio de las duchas de un instituto masculino en horario de clases? Haberse ido a un bar gay a follarse al más atractivo del lugar, pues con ese cuerpo y esa cara no le sorprenderia si se llevaba a la mejor pieza de la colección. ¡¡Por culpa de ese tio se estaba poniendo cachondo!!

Cuando sus ojos volvieron a encontrarse sus mejillas estaban rojas y tenia la expresión de un mocoso inocente y adorable, avergonzado y obviamente caliente, pues en su entrepierna se habia despertado algo interesante. Se le habian agitado el corazón y la respiración con tan solo verle hacerselo a si mismo, ¿pero qué... ? ¿De que mierda era profesor ese tio? ¿Como se llamaba? Verdaderamente semejante plebeyo depravado le habia despertado la curiosidad, pero normal, no era tan facíl como podía parecer hacer que el peliazul se pusiese de semejante forma, y él no habia tenido ni que esforzarse.*

¿Aqui?... Pero este es el baño que usa todo el mundo, esta sucio... *Contestó un poco dudoso todavia y le agarró de la mano que tenia libre, tirando suabemente de él para que se levantase, pues eso si, no pondria su culo en el suelo* Hay otras duchas, creo que son las de los profesores, estan más limpias... Estaba cerrado pero he abierto la puerta, más te vale que no se entere nadie... ¿Como... Como te llamas, sensei?...

*¡Ni pensarlo! ¿Lumine iba a tirarse a ese tio en las duchas de los profesores? Saltaba a la vista que estaba como una moto, pero ¿lo iba a hacer con ese tio, con un plebeyo egocentrico, que era su preofesor y estaba como un tren, por simple impulso? Eso si era algo interesante, don plebeyos no estaba cautivado por uno, y encima un narcisista, justo como él, chulo y prepotente*

Antes de que el chico pudiese arrastrarle a ese extraño baño para profesores, del que por cierto no había tenido noticias por parte del director a pesar de ser un docente del centro, lo empujó con bastante fuerza contra la pared y lo acorraló contra ella, colocando sus brazos a los costados del chico.

Por lo que había podido apreciar, dada su actitud, era un chico pedante, egocéntrico, posiblemente mimado, egoísta y tan sumamente engreído como él mismo. Esto si que era una buena presa de caza. Normalmente se conformaba con los dóciles chicos que llamaban a su puerta para pedirle que les diera órdenes. Siempre era igual, un lindo uke con cara de inocente hacía aparición en su vida, se dejaba llevar hasta que se cansaba y después se iba por donde había venido. En realidad, ya se había acostumbrado a vivir así, y le gustaba en demasía. La falta de resposabilidades, no necesitar pensar si su acompañante estaría cómodo o no, porque en cuanto no lo estuviese se iría y no dejaría ningun tipo de rastro o huella con su partida... todo eso era perfecto para su esteorotipo de vida.

De todos modos, aquel chico de complexión algo afeminada en comparación a la suya, era atractivo. Sus ojos disparejos eran atrayentes y sus palabras desafiantes estaban bastante bien entrenadas. Ese último titubeo al preguntarle por su nombre le había dado la señal verde para atacar: estaba cachondo por verle. No era extraño, se la estaba cascando en medio de un baño y le había tentado a pecar con él. Y le apetecía pecar con este chico en concreto. Era todo lo que buscaba en un uke: era salvaje, indomable, cabezota y desconsiderado. Adoraba tener que enfrentarse a un reto... porque después disfrutaba mucho más los polvos. Podía castigarle y obligarle a portarse bien, empleando ese masoquismo sexual moderado que le excitaba en demasía.

- Hagamos algo - tiró suavemente de la goma del calzoncillo del chico - si te desnudas y te la jodes delante mío, te dejaré que me la chupes después - mordió con fuerza la zona de su clavícula derecha - y si te portas bien, te daré por el culo hasta que te corras.

Directo, conciso y demostrando lo que pretendía. No iba a decirle cosas bonitas ni nada por el estilo. Él solo buscaba eso, una buena mamada y una maravillosa sesión de sexo desefrenado. No le gustaban los "te quiero" o los "te deseo". Le parecían chorradas dignas de cualquier idiota sensiblero y emocional.

Con la mano derecha, apretó la entrepierna del menor, notando el bulto duro que se encontraba bajo su ropa interior. Eso le hizo relamerse, literalmente. Le miraba a los ojos, como el depredador que mira a su nueva presa acorralada justo antes de devorarla, con ese brillo que mostraba que estaba hambriento. Y quisiese aquel chaval o no, ya había decidido tomarlo como un nuevo manjar.