¡A por la comida de Ryuga!

Adolph entró corriendo en la cafetería, una cualquiera, con Ryuga detrás de él, más que nada porque le llevaba todo el camino arrastrando casi.
Una vez ya dentro, a resguardo de la fuerte lluvia que caía, soltó la mano de su acompañante y sacudió la cabeza cual perro para intentar secárse el pelo, sin importarle mucho lo que pensaran las otras personas...
- Bien, ya llegamos~ - Dice apartándose los cabellos que tenía en la cara que le molestaban - Aunque no sé ni en que cafetería nos hemos metido.
Total, era la primera vez que salía del ambiente del "internado" que era el Rokkentei, no podía conocer mucho ahí afuera, y menos si se trataba de que estaban en japón ((Porque me supongo que Rokkentei está en Japón, ¿no? Uu))
De nuevo tomó la mano del chico y lo arrastró hasta una mesa que quedaba libre, un tanto apartada del resto de la gente, tal y como le encantaba a Adolph.