Honrando a los dioses

Pocos dias tenia el joven chino en ese pais, no podia dejar de rezarle a sus deidades asi que averiguo donde quedaba el templo del lugar, apesar de que no se honrasen a sus mismos dioses horaria por ellos en aquel sitio, que parecia solitario cuando llego. Talves él andaba demasiado despanpanante para muchos, ya que su traje era más elaborados que los que siempre se ponia, llevaba un lazo rojo como amarre de su largo cabello negro y sus impresionantes mangas lo hacian ver hasta imponente.

Estaba serio cuando entro al templo se posó en medio de este y se arrodillo, empezando su larga tarea de rezarle a cada uno de sus dioses, en susurros y con sus ojos cerrados, pareciese recitar conjuros, todo esto en su idioma, claro está el chino...

Duró unos minutos mas en su leve trance de rezos en chino y abrió los ojos lentamente incorporandose, se levantó e hiso reverencia colocando su palma izquierda junto a su puño derecho, inclinandose hacia adelante. Se volteó hacia la entrada del templo y le sonrió al joven que se habia posado ahi hacia unos minutos, hiso una leve reverencia saludandole.

- Nihao, gracias por respetar mi momento de rezo aru.- dijo sonriendole y acercandose un poco a él.- Wang Yao.- dijo presentandose ladeando la cabeza ligeramente con una sonrisa.

Sonrió ampliamente ante la presentación del joven llamado Shinji, pasó al lado de él y se sentó en las pequeñas escaleras del templo, colocando sus manos hacia atrás para hacer de apoyo a su cuerpo.

- Eres del instituto Rokkentei aru?.- pregunto mirandole de reojo, ya estaba mas descanzado, se sentia bien despues de el trabajo arduo de rezar y dedicarle al menos una hora a sus dioses.

- Disculpa mi atuendo extravagante, no tengo permitido rezar sin el atuendo adecuado aru.- dijo riendo ya que seria muy extraño para las otras personas sus costumbres

Jejej porque yo también estudío ahí aru.- dijo riendo un poco, posando sus manos ( no visibles por sus mangas) en medio de sus piernas para inclinarse un poco hacia adelante.- Voy a tercer año yoroshi.- dijo sonriendole con los ojos cerrados.

Una suave brisa acariciaba sus cabellos y el olor puro de los arboles hacian a ese lugar un tanto magico para estar.- Y que te trae por aqui aru?.- pregunto curioso.

Sonrió ante su reacción de emocion y rió un poco al escuchar al grado al que iba.- Creo siempre conocere a personas que van a grados diferentes a mi aru jaja .- dijo algo divertido recordando a solo a dos personas que habia conocido, miró su estuche con algo de emoción y asintió.

- Bueno pues este lugar magico es perfecto para tocar buena musica aru.- dijo invitandole a tocar cuanto quisiera.- De hecho yo debo tocar la flauta de bambu antes de irme de aqui.- dijo sacando la flauta de su gran kimono, era rojo sangre con detalles dorados, llevando el dibujo de un dragon por todo su borde.

Se quedó algo perplejo ante su invitacion ya que queria que él tocase primero, rió un poco junto a él y mojo un poco sus labios con su lengua, cerró los ojos llevando su flauta hacia arriba y respiró hondo para empezar la melodía.

con el viento soplando hiso que fuese mas que perfecto para relajarse tocanco aquella canción.

Se sentia mucho mejor ahora que habia tocado la flauta, su cuerpo rebozaba de paz infinita.- No necesariamente, pero me acostumbraron a hacerlo aru. Asi demuestro que tan agradecido estoy con ellos, con mis pocas habilidades con esta flauta aru.- dijo humildemente acariciando la hermosa flauta que tenia en las manos, sus ojos se mantenia cerrados y respiraba tranquilamente sin presiones.

- xie xie aru.- dijo agradecido ya que al parecer le habia gustado su pequeña interpretación.- Si quieres ahora puedes tocar tu aru, o prefieres toque yo otra vez aru?.- dijo algo contento de conocer a una persona que tuviese intereses por su cultura y la musica-

Continuó con los ojos cerrandos con sus piernas cruzadas y su flauta en mano, empezando a escuchar la hermosa melodia que salia del violin y corazon de Shinji, era majestuoso escuchar otro instrumento que transmitia pureza y nostalgia a su corazon.

- Hermoso la verdad aru.- dijo sonriendole cuando este terminó.- Tienes un gran talento yoroshi.- dijo abriendo sus ojos para mirarle detenidamente, posó su flauta en su regazo y le dio un pequeño aplauso.

Asintió ante sus palabras.

- Tranquilo si lo haces muy bien aru.- dijo sonriente.- Es lo mejor que hay definitivamente Shinji aru, para olvidarse de todos los problemas y preocupaciones... alejarse de la realidad por unos momentos aru...- dijo con tranquilidad mirandole amigablemente, aquel templo era tan majestuoso, no entendia porque no habian otras personas por ahi paseando...Aveces no lograba entender a los demás...

La música de dos instrumentos había detenido sus pasos sin rumbo. No sabía que demonios hacía encaminándose hacia un templo. ¿Era él religioso? No lo sabía, aunque tampoco creía en nada por lo que suponía que no.

La melodía de un violín le había engatusado para comenzar aquel trayecto sagrado. Adoraba los violines y le encantaba tocar el suyo propio. Desde la infancia había sido instruido en la interpretación mediante el violín y el piano. Por deseo de su madre, tenía mayor control sobre el segundo instrumento, pero él siempre había amado al instrumento de cuerda que le había enamorado en su infancia.

Entró en el majestuoso lugar con curiosidad y respeto. No buscaba guía espiritual ni consuelo, pero anhelaba hallar al intérprete de la composición que había irrumpido en su caótica aventura de exploración por el pueblo.

- ¿Hay alguien ahí?

Intentó no hablar muy alto. No conocía mucho la normativa de los lugares como ese, pero al fin y al cabo eran lugares de retiro espiritual.

Vio dos figuras en la distancia y decidió acercarse a ellas. No esperaba una grata bienvenida ni nada semejante, sólo que le permitiesen ser un oyente más, compartir la pasión de la música con ellos y las paredes de aquel monumento a una desconocida divinidad.



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(Si interrumpo algo y tal... avisadme! Es que estoy en un momento de inspiración y como no tengo nada que hacer... pues me inmiscuyo en posts ajenos xD Pero si molesto sólo tenéis que decírmelo y os dejaré solos de nuevo nwn)

Sus ojos cerrados se abrieron lentamente para visualizar a una figura conocida que se aproximaba, una leve sonrisa dulce se dibujo en su rostro, talves hasta sus ojos brillaron por la luz que emitia su tranquilidad en ese momento. Le daba algo de pena que aquel chico que se acercaba le viera, de esa manera tan extravagante, como todo un personaje amante de su nación, con su flauta en mano y gran kimono que tapaba la mayoria de su cuerpo.

- Nihao aru, Kytsu.- dijo sonriendo animadamente revelando su nombre.

Se quedó perplejo al ver a Yao en el templo, pero supuso que estaría llevando a cabo sus oraciones, pues lucía un kimono... recatado, por decirlo de algún modo.
El otro chico no le era familiar... pero creía haberlo visto en el instituto. Quizá era un chico nuevo y por eso no sabía su nombre.

- ¡Hola Yao! - sus ojos se iluminaron y una enorme sonrisa apareció en su rostro. - Hola... etto... mmm... ¿Cómo te llamas? - se rascó la cabeza, avergonzado.

Suponía que la música de violín que había escuchado procedía del instrumento de aquel chico, que reposaba cerca suyo. Era una pena que se hubiese olvidado el suyo propio en su cuarto de la residencia... sólo cargaba con él cuando de veras tenía ganas de tocar y hoy no se había levantado inspirado, pero después de escuchar a aquel pequeño prodigio tenía ganas de acariciar el mástil de su más antiguo amante.

- Si aru, es un idiota sin escrupulos yoroshi.- dijo con una amplia sonrisa mirando con un ojo abierto a Kytsume, que deseguro le armaria una buena por su comentario "insultante", rió para si mirando hacia otro lado como haciendose el loco.

- Shinji-kun, porque empezaste a tocar el violin?.- dijo curioso con su mirada alegre de siempre, tenia que saber porque aquel chico prodigio en el violin tocaba, ademas de sentir la musica como él para olvidarse del mundo. Se vió algo obligado a crear un tema de conversación para los tres, esa tarde de brisa fresca se volveria cada vez mas agradable en compañia de mas personas.

Miró a Yao con cara de: Idiota sin escrúpulos, ¿Eh? con los ojos entrecerrados y la mirada interrogante. Pero todo eso lo cortó la voz del chico desconocido, que resultaba llamarse Shinji y que, por el comentario de Yao, era el intérprete que había seducido aquel violín.

- No deberías preguntarle esas cosas a un músico, Yao - le sonrió de lado, aún "dolido" por el comentario anterior - Yo comencé a los cuatro años, Shinji-san, y he sido atraído por tu reciente interpretación melódica.

Estaba encantado con aquel nuevo hallazgo. Lo que antes prometía ser una aburrida tarde sin nada que hacer, se había convertido en un amistoso encuentro de músicos con los que hablar sobre una de sus mayores pasiones: el violín.