La llamada de la lluvia

Enseguida se adaptó al paso de Eligos sin decir nada. Aunque sus piernas eran más cortas, era bastante rápida por tanto entrenamiento y prefería caminar rápido a lento, de hecho. Donde otros veían dormir como una perdida de tiempo, ella veía ese camino de un lugar a otro como tiempo malgastado, al menos el cuerpo descansaba al dormir, si lo conseguías, claro. Pero andando, sólo conseguías cansancio, no suficiente para generar adrenalina ni alejarte tu mente de tu cuerpo, ni tan poco que al final del día no lo notaras. Cuanto menos tiempo gastara en esos trayectos mejor... o eso solía pensar, cuando tenía cosas que hacer, porque en aquel insituto no tenía apenas nada que hacer más que ir a clase y pasar cuanto más tiempo posible en su... redecorada habitación.

Cuando dijo de estar al mando, ella levantó las cejas, con sus pequeñas manias internas. No es lo mío guiar a alguien, que estar al mando, lo segundo suena militar y eso viene a decir que no tienes más opción que hacerlo, mientras guiar lo veía como una acción que se puede rechazar si el camino no te agrada. Eran manías bastante insignificantes y por ello pocas veces sino ninguna, sobrepasaban el límite marcado por sus labios.

- Claro - respondió sin molestarse en mirarle, ¿que problema podía tener ahora que se daba cuenta que no tenía nada que hacer? Aún así pensándolo mejor dijo - ¿Prefieres que te espere aquí o en algún otro sitio?

No tenía problema para subir pero dado que ella habría preferido no acercar a nadie a su habitación ni tan siquiera para que esperara fuera, y debía dar la misma oportunidad, por si acaso. No conocía demasiado a las personas, ni tan siquiera demasiado a sí misma, pero teniendo claras esas pequeñas cosas, al menos debía tratar como a ella le gustaría... Demasiada consideración estaba teniendo para lo borde que debería ser.

Por eso que ella había dicho como considerado no respondió inmediatamente cuando le preguntó por la comida, para una pregunta tan simple le dio mil y una vueltas, pues de decir simplemente "si", por borde y sincera que fuera esa respuesta, y aunque pareciera metomentodo y algo bruto quería decir que era considerado, pues se preocupaba por su aspecto, por su estado, por como sea que se encontrara. Aunque añadiera "estás horrible" o cualquier cosas así, querría decir que se fijaba. Por otro lado, podía decir simplemente "Tengo hambre" y eso sería totalmente egoísta y desconsiderado, simplemente pasaba de su cara y se preocupaba por sí misma. Era una respuesta más completa.

Miró un segundo a Eligos... y se encogió de hombros.

Parada ante el ascensor, se recriminó un poco a sí misma por no decir nada, o por no decir lo correcto, pero cada vez pasaba más de esa voz, y de todas las demás para que engañarse, no es que solo hubiera una. Ya se le había pasado el asco que se daba al principio comportándose como una estúpida y se estaba aburriendo preocupamente rápido, aunque sabía que podría seguir con ello más tiempo pero... había hablado pocas veces con gente no muy extrovertida... ni con gente, y allí, en aquel internado, aunque tuviera sus riesgos... no tendría... no haría... estaba lejos, eso era lo importante.

Además, aunque paseara e intercambiara unas palabras un día no quería decir nada, posiblemente no volvieran a hablar, pero era una buena manera de saltarse las clases, por qué no.

El ascensor se abrió delante de ellos, estaba decentemente amplio, y le había sorprendido que estuviera a disposición de los alumnos, ya controlaba la esquiena donde poder apoyarse de entrar pero dudó, esperando la respuesta de Eligos, por el otro lado, también controlaba la pared en la que apoyarse de quedarse ahí esperando.

Como si se le hubieran acabado momentáneamente las palabras, se limitó a asentir y a entrar en el ascensor, a esa agradable esquinita que ya había visto desde el principio, donde, por poco tiempo que fuera, se acomodó, cruzándose de brazos. Ya antes, en algún momento, se había preguntado si no tendría calor con aquel sueter tan grueso, pero que iba a decir ella que iba con dos camisetas empapadas, aunque, pensó con cierto orgullo, ya no caía agua.

También dejó pasar el tema de su aspecto, pues toda la referencia que había hecho era a causa de la repentina palidez que le había subido al rostro en aquel momento... sin ninguna razón aparente, allá él con lo demás que hiciera con su cuerpo, sólo le había parecido algo preocupante aquel repentino cambio. Por lo demás aunque delgado, más bien esbelto, no parecía tener nada raro, y a no ser que estuviera amarillo por algún problema de riñón, o alguna otra cosa relacionada con la salud que saltara a la vista ella no habría dicho nada.

Nunca había subido al tercer piso. Era un nunca bastante fácil, pues llevaba allí pocos días y no tenía nada que hacer por aquel piso, era uno de los pocos lugares que no había explorado, aunque entraba entre sus planes visitarlo algún día, este se había adelantado de repente, incluso siendo con un objetivo concreto en aquel caso. Cuando salieron del ascensor, ella dejando un rinconcito algo mojado donde se había apoyado, el pasillo estaba desierto. Al darse cuenta que había dejado huella, volvió un segundo al ascensor, intentando primero secarlo con la manga, obviamente sin resultados y después usando el pañuelo de Eligos, que se estaba volviendo muy útil, hasta dejar aquello lo suficientemente seco. Todo lo hizo bastante rápido y enseguida alcanzó a Eligos que apenas había avanzado unos pasos hacia el final del pasillo, donde resultó estar su habitación.

Aunque no lo pareció, dudó unos segundos al entrar y al hacerlo, se quedó pegada a la puerta cerrada, con aparente actitud relajada. Sin duda les había cundido el tiempo para decorar tan personalmente la habitación. Se veía que no era nada casual y que todo estaba bien planteado y llevado a cabo, todo era bastante impresionante, y suponía que acogedor a su manera para sus habitantes.

Al principio pensó que era individual, pues sólo había una cama por grande que fuera y nada parecía indicar lo contrario, y enseguida pensó que era más grande que la suya, pero quizás fue por los objetos que se veían, los dos ordenadores o simplemente el ambiente que había acabó pensando que era compartida, lo cual la verdad la consolaba en cuanto a lo grande que era comparativamente. Después de eso le picó la curiosidad por saber quien sería su compañero de habitación, era posible incluso que lo hubiera visto por el instituto. Por supuesto, no dijo nada.

Hizo caso omiso de su invitación a sentarse, primero porque estaba mojada y habría estropeado la colcha y después porqué la reconfortaba tener a su espalda la puerta.

Podía parecer que estaba tranquila, paseando la vista sin mucha discrección por las cosas que había en aquella habitación, pero no era así, se encontraba más bien nerviosa, y tuvo que admitir para sí misma que quizás su manía pasara el no querer que se acercaran a su habitación a sentirse mal estando en la de otros. Entre sus costumbres y sus recuerdos estaba muy arraigado el no entrar en espacios ajenos, y aunque intentara evitarlo, pues era bien consciente de que no molestaba allí, y apenas si ocupaba sitio, no podía apartar esa inquietud de su lado. Intentando distraerse siguió los movimientos de Eligos con cierta curiosidad por ver que hacía, aunque ya le hubiera dicho que iba a cambiarse el sueter.

Cuando se fue cambiar, dada su política de miradas no molestó en apartar la vista para darle intimidad y quizás por eso le impresionó tanto la cantidad de cicatrices que tenía. Automáticamente se sintió mal por algún tipo de empatía, pero más que lástima sintió enfado. Era su reacción al dolor ajeno, pues mal tiene que haberlo pasado un cuerpo para estar así. Pero no mostró nada y ni apenas apartó la vista, aunque prefirió concentrarse en aquellas motas de polvo que había en el aire en el camino de su mirada. Ella no era ninguna experta pero por lo poco que había visto se veía que no todas eran del mismo momento, lo que dejaba un gran accidente fuera de las posibilidades especulativas. ¿Agresiones? ¿Muchísimo accidentes pequeños? ¿Autoinfligido?

"No es tu problema, déjalo" le susurraba una voz desde su cabeza.

Bajó la cabeza,asientiendo imperceptiblemente a lo que ella misma se había dicho, pero su cabeza siguió barajando posibilidades, curioseando ficticiamente, haciendo que se sintiera mal. Posiblemente Eligos se había olvidado, pues dudaba que fuera su deseo mostrarle tal mapa de cortes. Así que cuando le ofreció una playera, no pudo evitar que le temblara el labio en señal de risa contenida. No, ella también ocultaba cosas bajo la camiseta pero de ninguna manera se le podría olvidar que lo llevaba, la constante presión en el pecho no parecía algo a lo que se fuera a acostumbrar. No, ella no cometería tal error.

Esos pensamientos se quedaron en una ligerísima sonrisa que se desvaneció al explicarla.

- ¿Para qué? ¿Acaso no vamos a salir ahora a la calle? - preguntó cogiendo ya el pomo de la puerta - ¿Ya estás?

Con cierta reticencia soltó el pomo de la puerta sin alejarse demasiado, por supuesto. ¿Ya no quería salir a la calle? ¿Había cambiado de idea, o es que hacía las cosas con demasiada calma? De cualquier manera ella cogió aire y esperó, a ver si volvía a cambiar de idea pronto y podían salir. Por supuesto desde su posición en la puerta pasó de lo siguiente que se dijo y se afianzó felizmente en su ropa que sin duda se iba a quedar en su sitio. Incluso cuando comentó de cambiarse en el baño lo pensó un segundo, pero la razón por la que no se había cambiado desde el principio seguía ahí, y es que por más que se cambiara la camiseta, seguiría mojado el corsé que llevaba debajo, pues ya había comprobado al lavarlos que tardaban mucho en secar, y la camiseta se arruinaría en cuestión de minutos.

No, además no enfermaría más, dudaba mucho que tanto el dolor de cabeza como la nariza tuvieran nada que ver con el frío, a eso ya estaba muy acostumbrada, y venía de antes de haberse bañado en lluvia. Cierto que entrar mojar una camiseta o tener que ir a la enfermería, le sería menos dañino lo primero, estaba claro que tenía que conservar la salud, incluso aunque pudiera encontrar algún médico ilegal o algo raro, pero realmente no estaba tan mal, y seguramente con los medicamentos que tenía pudiera arreglarse sola. Además por alguna razón estaba bastante empeñada en no cambiarse. Ya le debía un pañuelo, faltaba también una camiseta.

Como Eligos parecía ocupado buscando algo, ella se limitó a estar en el mismo sitio, quieta, como si intentara fundirse con la puerta, y sin decir nada. Él parecía cada vez más relajado, estaba en su territorio por así decirlo, se le notaba más confianza, mientras que ella estaba cada vez más nerviosa, y eso hacía que retrocediera para esconderse de nuevo tras su máscara, volviendo incluso a fruncir levemente el ceño. Pero tampoco era eso lo que quería, le habría gustado poder relajarse, aceptar la camiseta y estar feliz y contenta, pero había muchos factores en contra, y la mayoría aunque estaban solo dentro de ella, eran difíciles de cambiar.

Cuando de nuevo Eligos se enderezó, ambos se quedaron mirando, y empezó a tener curiosidad por lo que fuera que buscara, así que preguntó sin demasiados reparos, y quizás también eso quitara un poco la atención sobre su ropa.

- ¿Qué buscas? - por su tono cualquiera habría dicho que se ofrecía a ayudarle.

Aún así no hubo suerte en que pasara por alto lo de cambiarse, pues directamente se levantó él a mirarle algo, lo cuál a ella le pareció un gesto estúpido. Ambos parecían bastante empeñados en acciones opuestas, una tontería teniendo en cuenta el tema que era. Y a ella también le fastiadaba pensar que realmente Eligos tenía bastante razón. No consideraba que su vida hubiera sido dura, solo diferente, y quizás por ello había madurado mentalmente antes que la gran mayoría de la gente, pero esa oposición que estaba creando en su mente era bastante infantil. Sin duda de haber querido podría haber encontrado alguna excusa para las manchas de agua en la camiseta.

Era cierto que ya no era momento para rechazarlo con frases formales, o excusas, pero como tampoco parecía dispuesta a hacerlo optó por la respuesta más simple.

- No - de nuevo con el ceño algo fruncido, su voz parecía más seria y tajante de lo que habría cabido esperar por su imagen - Déjalo.

[Fdi: Lo seee xD Pero da como pereza, aunque supongo que seria lo correcto u.u]

bueno, entonces nos cambiamos a la habitación ya puse post ahí