Ayudando a recién llegado.

Miró hacia arriba mientras tanto, el cielo estaba hermoso con unas pocas nubes, y el sol raramente no molestaba, eran de esos dias claros y relajantes.

- Me referia aru, de mi instito paternal aru.- dijo sonriendo ampliamente, le daba risa al mencionar su actitud hacia los demás gracias a su pasado, sin previo aviso Yao acaricio la cabeza de Kytsume para que se relajara más, habia dicho que dormiria o al menos eso entendió.

- Si quieres dormir haslo aru.- dijo tranquilamente mirandole de reojo, el pelinegro ya estaba muy acostumbrado a ese tipo de situaciones, tanto que le hacia recordar cuando sus hermanitos se dormian encima de él sin preguntarle nada, que podria hacer?, buscar la manera en la que pudiesen dormir tranquila y comodamente.

- Pero eso sería descortés por mi parte - su voz sonaba somnolienta - Nunca me he dormido en el regazo de nadie... - había intentado abrir los ojos, pero se le cerraban.

Sentía el calor de la mano de Yao sobre su pelo, durmiendo por completo sus sentidos.
No era una atracción animal, como la que sentía cuando alguien le intentaba excitar, era más bien una sensación de relajación total, de paz y tranquilidad, el sentimiento con el que todos regresamos al hogar que creíamos haber perdido.

Él nunca había tenido una verdadera familia, siempre había vagado de centro educativo en centro educativo, buscando un lugar donde al menos pasar desapercibido y no meterse en problemas. Al fin, había encontrado un lugar donde se podía sentir cómodo e involucrado y una persona con la que podía ser él mismo sin miedo a las represalias.

Al escuchar sus palabras no pudo evitar sonreir con dulzura, porque a quien el importaba la cortesía en esos tiempos?. Era muy extraño y un detalle a favor que le concedia Yao a Kytsume, siguió acariciando su cabello y bajo su mano hasta su frente con suavidad, seguidamente colocó su mano en sus ojos para que no los abriera más.

- Duerme si gustas aru...- dijo con una tranquilidad absoluta, con sus ojos cerrados y una leve sonrisa que fue desapareciendo para descanzar.- Si deseas dormir debes hacerlo...- dijo finalmente para que no se preocupara por nada, si aquel chico nunca habia dormido en el regazo de alguien eso le hacia pensar que habia tenido un pasano no muy placentero, asi fuese por unos momentos, le daria esa tranquilidad que queria el peliblanco que descanzaba en su regazo.

Y se durmió.
Realmente dejó de importarle la educación en el mismo momento en que la mano de Yao había sido reposada sobre sus ojos somnolientos.
Su respiración se relajó y se profundizó y los latidos de su corazón se volvieron menos intensos.
En cada una de sus facciones, se reflejaba la tranquilidad.

El sueño que estaba teniendo no era ni placentero, ni una pesadilla, era simplemente un sueño sobre dos niños que se encontraban separados por un espejo. Uno de ellos sonreía y miraba al otro con desprecio, mientras el segundo le miraba dominado y dolido, con los ojos bañados en lágrimas.
Una voz gritaba "¡Monstruo! ¡Fuera de aquí!". El tono de voz era de mujer, concretamente el de su madre y recordaba perfectamente aquellas palabras, las había dicho el día antes de entrar en la academia.

De pronto despertó, jadeando un poco, y se dio cuenta de pronto del lugar que ocupaba.
Sus mejillas se ruborizaron un poco, pero no se movió.
No era capaz de moverse un solo centímetro porque sus músculos estaban agarrotados y le dolía un poco el pecho.

Los minutos fueron aumentando poco a poco, la tarde se hacia un poco mas oscura, mientras que ambos dormian junto a la tranquilidad del jardin que les prestaba el instituto. El joven chino soño levemente con uno de sus hermanos, momentos felices, hasta que parecia la escena que no le gustaba recordar, que justamente fue cortada por el movimiento repentino de Kytsume quien habia despertado agitado, al parecer habia tenido una pesadilla, con sus ojos entre abiertos Yao sonrió levemente y acaricio su cabeza para que se tranquilizara.

- Estas bien aru?.- dijo casi en susurro mirandole detalladamente, sus mejillas estaban algo encendidas, talves no se acordaba que dormia en su regazo, cosa que le causo algo de gracia al pensarlo. - Te sientes bien?.- dijo ya abriendo normalmente los ojos tocandole la frente con cuidado.

- Emm... sí, sí, estoy bien - tomo una gran bocanada de aire y la liberó en un profundo suspiro.

Esa pesadilla estaba presente todas las noches en su cabeza, en todos sus sueños aparecía ella repudiándolo, una y otra y otra vez.
Hoy por hoy, podía considerarse que no tenía una madre y que, si en realidad si que la tenía, esa madre no estaba dispuesta a darle su cariño y amor.

Estaba en el regazo de un chico que apenas había conocido unas horas atrás, pero el simple hecho de que él le tocase la frente y se preocupase por él le tranquilizó.
Su corazón aún estaba agitado, pero su respiración comenzaba a calmarse y el tacto ajeno cada vez le complacía más. Era cálido y amistoso, tan sumamente amable...
Le miró el rostro, tenía unas facciones bonitas y unos ojos aparentemente inocentes en su opinión.
Sólo con mirarlo, se puso completamente rojo y sintió que le ardía la cara por verle de ese modo. ¿En qué demonios estaba pensando?

Se levantó un poco, apoyando su propio peso sobre las manos y dejando descansar el regazo de Yao.

- Siento tenerte aquí, atrapado de este modo - una risa nerviosa se dejó entrever en sus labios.

Lo escuchó responder que estaba bien, pero aun le sentía agitado, pronto se le fue pasando, yao pensó que habia tenido un muy mal sueño como para que se despertase de aquella forma. Lo vió sonrojarse más que antes y lo miró con los ojos entrecerrados preguntandose porque esa reacción por parte del peliblanco.

- Si enserio estás bien?. Porque hay algo que no me hace creerte aru..- dijo arqueando una ceja viendo como él se levantaba un tanto nervioso.

- No te preocupues aru, no me siento atrapado como dices aru.- dijo dedicandole una sonrisa, era normal que alguien se disculpara tanto con él?, no tanto, o al menos en China sus superiores no lo veian de ese modo. Un leve sentimiento de relajación pasó por Yao, pensando que el futuro en ese instituto y pais seria algo diferente para él, algo bueno... de buena fortuna.

- Si si, estoy perfectamente - tenía los ojos entrecerrados y se sentía sofocado.

Ni siquiera podía mover un solo músculo, pero si no se movía estaría demasiado tentado a tirarse sobre Yao. Toda esa amabilidad que desprendía le atraía en cierto modo y necesitaba el consuelo del cariño ajeno. Como su único modo de apreciar el afecto de otros era intentar besarles y proporcionarles algo de placer, ahora no estaba preparado para cambiar. Pero quería hacerlo, de verdad quería hacerlo.

- Ahora mismo no te sientes atrapado, pero podrías llegar a sentirte - fijó su mirada en la de Yao, mostrando la ligera lujuria que se despertaba en su pecho - te he dicho ya que no soy una buena influencia.

No entendía muy bien lo que sentía Kytsume en ese momento, eso lo hacia sentirse curioso y saber que demonios estaba pensando, entrecerró los ojos y frunció un poco el ceño confundido.

- Pero porque lo dices aru?...- dijo con suavidad tratando de entenderle, escuchó lo siguiente notando un pequeño sentimiento que emanaba de él.- Te dije que eres diferente a los demas no aru? No significa lo seas, debe ser porque la mayoria no logra entenderte yoroshi.- dijo llevandose una mano al menton para pensar detenidamente, tranquilizar su sentido de curiosidad que lo hacia poner nervioso de cierto modo.

- Si continúas tratándome con tanta tranquilidad... - se acercó hasta su oído - te voy a devorar - susurró.

En cierto modo se arrepentía por decir eso, pero así lograría que Yao comprendiese con que tipo de persona estaba tratando. Él no era uno de esos chicos heterosexuales con los que se pueden compartir abrazos y cosas semejantes sin ningún tipo de consecuencia.

Puede que lo hubiese descubierto hace poco... pero ahora podía afirmar, sin duda alguna, que él era homosexual. Y, demonios, Yao le parecía demasiado mono.

Al escuchar "te voy a devorar", Yao no pudo evitar mirarle sorprendido, sin quitarle la mirada de encima su corazon empezó a latir un poco mas rapido, aunque externamente se veia solamente sorprendido por sus palabras.

Buscó abrir la boca para decir algo, pero ese "algo" no aparecia, su mente se habia quedado por unos segundos en blanco decifrando, conociendo a el peliblanco que tenia al frente.

- Es mejor devorar lo que hay en la caja no crees aru?.- dijo mirando la caja con una sonrisa algo nerviosa, estupido comentario, que demonios le pasaba a Yao, el no era así, siempre pensaba que decir y sino se quedaba callado, pero aquel silencio que se formo hacia unos segundos lo puso algo nervioso. Sus ojos buscaban algo con lo cual fijar algun punto, pero siempre volvian a su acompañante, ok deacuerdo sus modales a la hora de una conversación talves era muy exageradas.

- Sí, puede que tengas razón.

Tomó un dulce de la caja y lo llevó hasta los labios de Yao. Suavemente, le abrió la boca empujando el dulce en su interior y dejó la mitad fuera.
Mordió el trozo de dulce que había dejado fuera, para rozar los labios de Yao, jugueteando un poco.

- No tienes porque ponerte nervioso - susurró - no estamos haciendo nada malo.

Le dedico una sonrisa ladeada al joven que tenía ante sí, con una intensa mirada lujuriosa clavada en sus pupilas.
No tenía ni idea de lo que estaba haciendo, pero le encantaba.

Tiezo como roca se quedo el pelinegro ante las acciones del chico, el roce de sus labios con los de él hiso que un pequeño rubor se presentara en sus mejillas, tragó con dificultad sin masticar, sus piernas se movieron por inercia y sus manos se fueron hacia atras apoyando su cuerpo, se fue arrastrando hacia atrás cada vez más rapido. Tenia la leve sensacion de que debia alejarse de él, no entendia practicamente nada, no pensaba, en su mente solo estaban aquellos ojos penetrantes del chico. Continuo con sus torpes movimientos hasta chocar con un arbol no muy lejano, lo unico que paso por su mente fue " Genial tipico, ahora estoy atrapado..." . Seguía con su mirada fija en Kytsume y aquel rubor no se iba por nada.

Vio como se alejaba y, como si de un chorro de agua fría le hubiese impactado en la cara, volvió a la realidad de sopetón y casi sin darse cuenta.

- Esto... yo... lo siento - estaba como un tomate, pero seguía recorriéndole un extraño y placentero calor.

Se quedó donde estaba, observando a Yao que parecía asustado, como si fuese a devorarle un animal salvaje. Aunque, visto por ese lado, él era como un animal salvaje acosando a su presa.
Sin más, se sentó sobre sus rodillas y se inclinó un poco hacia delante.

- Lo siento, de verdad que lo siento - respiraba rápido.

Sus hombros bajaron bruscamente al ver a Kytsume parecia haberse tranquilizado, Yao estaba aliviado pero inquieto de cierta manera, cuando vio al chico ponerse en posicion de disculpas, sus piernas hicieron lo levantaron rapidamente corriendo hacia él y abrazarlo. Que hacia?, pues no soportaba ver a una persona de esa manera, disculpandose con él no lo soportaba... para nada...

Cerró los ojos aun con un leve rubor en sus mejillas.- No tienes porque disculparte...- dijo sin mas con suavidad, estrechandole un poco más con sus brazos.- Perdoname por reaccionar de esa manera...- dijo dejando escapar un leve suspiro

- Entonces... te enfadarías... si hago... ¿Esto?

Levantó el rostro y sujetó el mentón de Yao con la mano derecha. En un movimiento rápido pero vehemente, tomó sus labios con delicadeza, como si el chico fuese a romperse si se pasaba en su empeño por besarle.

Se separó muy lentamente, acariciando el mentón de Yao con el dedo pulgar mientras sonreía nervioso y ruborizado. Nunca había besado de ese modo tan poco violento a alguien, porque tampoco nadie había sido amable ni cuidadoso con él.
Al fin, se quedó parado, a la espera de una reacción, con el corazón desbocado luchando por salir de su pecho.

Sintió la carica de este en su menton, y al recibir aquel beso el cerró los ojos por inercia, su rubor habia aumentado, se dejo caer sentado frente a él con la mirada en el suelo, su corazon empezó a hacerle jugarretas y se le dificultaba un poco respirar, se llevo la mano al pecho para tratar de tranquilizarse, cerró los ojos para respirar hondo y dejó escapar una porcion de aire por su boca.

- a...actuas muy directamente aru...- dijo cerrando los ojos con fuerza, queria eliminar ese rubor que tenia en el rostro.- me pone nervioso aru....- dijo casi inhaudible

- Eso debe ser que te gusto

Sus ojos se iluminaron levemente y le sonrió abiertamente, con algo de color en sus mejillas y las manos entrelazadas en su regazo.

Temía tocarle en ese momento, que se echase atrás, no volver a verle y perder a la única persona que le había mostrado cordialidad y afecto en mucho tiempo.
Le había besado sin pensar, por puro instinto y capricho y no sabía si era amor o simplemente atracción, pero quería estar cerca suyo, tocarle, sentir sus labios de nuevo y poder introducirse más allá de su alma mirando sus hermosos ojos marrones.

Ahora mismo debía tener las pupilas como las de un gato, contrastando con sus ardientes ojos carmín, porque siempre que se sentía excitado o nervioso le pasaba eso y la gente se le quedaba mirando con curiosidad. Pero a él, sus ojos en ese momento le parecían realmente atractivos y sensuales y si estaban tal cual pensaba, deseaba fervientemente que Yao se los mirase fijamente.

Seguia con los ojos cerrados sintiendo como Kytsume lo tomaba y le besaba sin previo aviso nuevamente, sus ojos buscaban abrirse, a mitad de camino se quedaban, su rubor habia aumentado y sus manos se posaron nerviosamente en el pecho del peliblanco, que por alguna razon sus ojos eran distintos, eran extrañamente atrayentes, pero sus fuerzas se habian ido no podia separarse de él.

" no... no quiero no ..." pensaba sin resultado alguno de su cuerpo, su actitud era sumisa? o su amabilidad lo habia llevado a tal punto que no queria herir los sentimientos del chico, no sabia si era por juego que kytsume lo hacia, pero Yao tenia miedo de ver una expresion triste en él.

" Si ... ahora se a que se referia estoy atrapado" pensó aun mirandole los ojos

Una mano descansaba sobre la cintura de Yao, mientras el dedo pulgar de la otra había tomado el lugar que ostentaban sus labios unos segundos atrás. Lo acariciaba lentamente, mirando sus ojos con cariño.

- Te dije que estabas atrapado - le sonrió - te dije que era una mala influencia y aún así no te alejaste de mi... es como si deseases tú también esto...

En cierto modo sus facciones reflejaban algo de pena por lo que estaba haciendo. Se sentía como si se aprovechase de la amabilidad del chico para tomar lo que deseaba de él, pero si no lo hacía nunca podría tenerle de ese modo.

Apretó sus puños y bajó la cabeza algo derrotado, respiraba ahora agitado por la boca, cerró los ojos ladeando un poco su cabeza hacia la izquierda.

- Lo estoy, estabas en lo cierto aru...- dijo con voz temblorosa.- No quiero quiero ver esa actitud que tuviste antes de hacerme esto aru...- dijo semiabriendo sus ojos, que estaban un poco nublados, se dejo caer hacia el pecho de Kytsume, con lagrimas amenazando salir. Se quedó en un eterno silencio recordando cosas no muy agradables, talves ahora entendia porque, le gustaba? si talves si pero no queria... Yao era fuerte a nivel fisico, pero porque en el pasado no hiso nada?, todo se le estaba poniendo claro, estaba abatido en ese tiempo y ahora no queria ver el rostro triste de ese chico, estupida amabilidad, tonterias de él, su lado que más odiaba era ese....

- Lo lamento...- dijo con suavidad dejando caer una lagrima de sus ojos

Lo miró sorprendido y se sintió culpable. ¿Había conseguido hacerle llorar con su comportamiento caprichoso?

- ¿Te estoy haciendo llorar? - le secó una lágrima con el pulgar - no lo volveré a hacer así que por favor no llores...

Y entonces lo estrechó entre sus brazos. Le dejó reposar la cabeza sobre su pecho, como él había hecho con su regazo y le acaricio lentamente el pelo, para intentar tranquilizarlo.

Se mordió el labio inferior para no gritarse a si mismo. Para no decirse lo muy idiota que había sido y lo mal que se había comportado. Para no reprocharse lo directo que había sido y el daño que había causado por ello. Todo le atormentaba la mente en cierto modo, pero no iba soltar a Yao, no dejaría que se cayese.

Movio su cabeza negando las palabras de Kytsume, ahora reposaba un tanto tranquilo pero queria seguir derramando lagrimas, no lo permitiria no queria preocupar al chico, una pequeña sonrisa se dibujo en Yao, como si estuviese satisfecho. Levantó la mirada hacia la de Kytsume, sus ojos marrones estaban brillantes y algo humedecidos.

- Xie xie Kytsume.- dijo agradecido.- Gracias a ti pude entender una parte de mi, y porque me pasó aquello en el pasado aru.- dijo ahora expandiendo un poco mas su sonrisa, se levanto un poco y aparto el cabello de la frente del peliblanco y le beso la frente con los ojos cerrados.

- Te lo agradesco muy en el fondo aru..- dijo bajando y acomodandose frente a él para no molestarle con su peso

- ¿Algo de tu pasado? - le miró extrañado, al tiempo que éste le daba un beso en la frente.

Se sentía algo confundido... si él no le había hecho llorar ¿Quién demonios le había hecho llorar?

No le gustaba la idea de que alguien pudiese poner triste a Yao ni de que alguien lo hubiese puesto triste en pasado. Eso era algo que su mente no deseaba ni alcanzaba a comprender. Que una persona le hubiese borrado su sonrisa sonaba tan cruel...

¿Habría sido del mismo modo que él le había hecho emocionarse? ¿Estaba enamorado en el pasado?

Se sentía tonto, confundido y como un cotilla entrometido.

Su mirada continuaba agradecida con la persona que tenia al frente, al escucharle y verle curioso por su comentario no pudo evitar reir con ganas, se tapo la boca con su mano que era poco visible por sus mangas.

- Jejeje, si si aru, dejame mostrarte algo entonces.- dijo acariciandole la cabeza, ese cambio de actitud era un tanto extraña en el, pero aquel chico le hiso internamente feliz, pero obviamente el estaba enojado consigo mismo. Dejó de reir un momento y su mirada se torno serena, se tranquilizó y miro a Kytsume con una sonrisa.- Si quieres saberlo contestare tus preguntas ya que me ayudaste aru, pero no se lo digas a nadie no me gusta causar lastima aru.- dijo con suavidad sentandose de manera que le daba la espalda, se fue desabotonando su kimono con lentitud y al terminar, descubrió su espalda; en ella una enorme cicatriz de una cortada por una espada, que atravesaba su espalda desde el hombro derecho hasta su cintura al lado izquierdo, volteó la cabeza hacia un lado tratando de mirar de reojo a Kytsume.