Ayudando a recién llegado.

Se quedó helado. ¿Este chico había participado en una guerra o algo así? ¿O es que le habían maltratado en su infancia? Siempre había pensado que no había nada peor que el maltrato psicológico con el que su madre le había torturado pero viendo aquello e imaginándose el dolor que eso había producido en la espalda de Yao, se arrepentía de pensamientos tan estúpidos y banales.

- Dios mio... ¿Qué o quién demonios te hizo eso?

Se acercó lentamente a Yao y acarició desde su comienzo hasta su final la enorme y marcada cicatriz que se dibujaba, desafiante, en su espalda. La acarició únicamente con el dedo índice, para después tomar la cintura de Yao desde detrás y abrazarle con fuerza, apoyando su barbilla sobre el hombro de él y cerrando los ojos.

- No se quien pudo ser tan estúpido como para estropear tu suave piel...

Le miró con una sonrisa al escharle, cerró los ojos y respiró hondo sintiendo como le abrazaba por detrás, viendo como asomaba su rostro por su hombro, le miró acarciandole la cabeza.

- Gracias por el cumplido aru.- agradeció.- Verás me la hiso uno de mis hermanos...- dijo entrecerrando los ojos viendo a la nada, empezando a recordar...
- Te conte que tuve que cuidar a niños pequeños desde temprano no aru?, bueno fue uno de ellos... El pequeño problema con ellos, bueno... conmigo realmente, es que yo los consideraba a todos hermanos aru, pero ninguno quiso reconocerme como tal, lamentandolo mucho yoroshi. Por algo que simplemente no quise entender aru, ni quiero enterarme porque, en un problema con unos hombres, yo discutia con ellos, ya que uno de ellos me arrebato a el que si era mi hermano se sangre, lo queria recuperar luche con ellos aru, pero él simplemente llego por la espalda y me hiso esa cicatriz, entregandome a esos hombres...- dijo con pausas y tranquilidad, como si de un cuento de otra persona se tratase.- Fui tonto en creer que el venia a ayudarme a recuperar a mi hermano, pero no fue asi aru... Podia defenderme pero el sentimiento y agonia que tenia al ver a mi hermano con su katana manchada con mi sangre no me pude defender, lo demás bueno... ya te imaginaras como abusaron de mi persona aru...- dijo cerrando los ojos con lentitud, dibujando una sonrisa en su rostro.

- ¿Qué te hicieron? ¿Te obligaron a... ya sabes...?

Vale, su vida era un cuento de hadas en comparación a la de Yao. Hasta el día en que su madre tomase una katana... entonces sería similar.

La imagen de su madre con una katana se le vino a la cabeza y le dio un pequeño escalofrío, pero no soltó la cintura de su adorable acompañante ni un solo instante, para que se sintiera seguro. Él no tenía pensado traicionarle... además, no sabía luchar. Bueno, sí sabía, pero no con katanas... él era más de judo y karate que de armas. Conocía algo de esgrima... pero eso no era un deporte asesino precisamente.

Rió un poco ante su pregunta.- Sip aru.- dijo cerrando los ojos, acarició la cabeza de Kytsume nuevamente como para que no se preocupase por él.

- Esa es mi historia aru. Mi agradecimiento hacia ti es que me diste a entender porque me dejó hacer lo que sea y no me importa aru, pero es por un sentimiento que esta por encima de cuidar mi cuerpo yoroshi.- dijo con suavidad, suspirando seguidamente.

- Lo tonto debes pensar de mi aru, ya que no le guardo rencor a Kiku.- dijo revelando el nombre de el responsable de su cicatriz.- Debio tener sus razones aru, tan solo quisiese poder hablar con el y pedirle que todo fuese como antes, pero bueno cosas imposibles yoroshi.- dijo dandole un empujonsito hacia atras a el peliblanco, para subirse el kimono y abotonarselo rapidamente. - Así mejor no quiero se vea, y no quiero resfriarme aru, jajaja.- dijo divertido.

- Si necesitas a alguien con quien consolarte... - le miró a los ojos, serio - puedes contar conmigo.

Se quedó pensativo unos segundos ¿Había sonado tan mal en realidad como en su mente? Jolines, acababa de decirle que le habían violado y ahora resulta que le soltaba que si necesitaba un consolador con patas le llamase. Se sentía tan desconsiderado... necesitaba arreglarlo.

- A ver, no me refiero en el sentido sexual de la palabra, me refiero psicológicamente - hizo un parón momentáneo y rió - que si quieres en el otro sentido pues también.

Al escuchar la proposición de Kytsume no pudo evitar reirse llendose hacia adelante abrazando su estomago, lo miró de reojo y vio como el mismo se autocorrejia para que no pensara mal, pero a la vez también, era extraño pero eso era lo que le agradaba de Kytsume.

- Jajaja claro claro gracias aru.- dijo sonriendo ampliamente ya tranquilo como siempre, se volteó para quedarse frente a Kytsume con una sonrisa y lo abrazó sin aviso atrayendolo hacia el colocando la cabeza de el en su pecho. - Se mi hermano tambien si aru??.- dijo con una sonrisa muy divertida y abrazandolo de manera tal de que no pudiera safarse.

- Solo si se me permite ser incestuoso de vez en cuando - le dedicó una sonrisa juguetona a su nuevo "aniki".

Se dejó abrazar y escuchó el corazón de Yao, con las mejillas ruborizadas y una sonrisa más inocente en el rostro. Se alegraba de que no se hubiese enfadado con él por su comportamiento atrevido e inquisidor.

En el fondo, comenzaba a tenerle mucho cariño a Yao.

- aiyaa jajajaa, eres muy divertido aru.- dijo riendo y abrazandole un poco mas fuerte, ya le habia agarrado cariño como hermano menor, ahora quedaba ver si le soportaba su comportamiento de "aniki". Le acarició la cabeza alborotandole el cabello mientras sonreia ampliamente, como si estar con él fuese inmensamente divertido.

- Prefiero que seas tu el que se ruborice como ahora aru.- dijo fastidiandole ahora con más confianza.- Te vez muy lindo yoroshi.- dijo peñiscandole una mejilla. Estaba lleno de alegria en ese momento, tenia un nuevo "hermano" en el extranjero, eso le emocionaba de cierta manera.

- No es cierto - hizo un pucherito, inflando de nuevo los mofletes - tú eres cien veces más lindo.

¿Le acababa de despeinar? Nunca nadie había hecho eso... cuando era pequeño, su madre le engominaba el pelo para que no se le descolocase, porque quería que lo tuviese idéntico al de su padre. No tenía ni idea de quién era el hombre que le había engendrado, pero todos los que le habían conocido decían que era idéntico a él. Realmente molesto...

Quizá por todas esas cosas desordenadas en su pasado o porque realmente siempre había necesitado a alguien en quien apoyarse en los momentos difíciles, estaba dispuesto a aceptar a Yao como un hermano mayor, como el hermano mayor que siempre quiso y nunca tuvo.

La parte negativa: de vez en cuando le entraban ganas de devorarlo. Pero ya se le pasaría...

- Nah no creo aru.- dijo jugando con sus mofletes inflados.- Tu eres el niño aqui sabes?, la ternura la tienen los pequeños aru.- dijo riendo divertido, como si no ubiese pasado nada entre los dos hacia unos minutos, Yao ya reposaba de tranquilidad, todo tipo de experiencias con el chico en solo unos minutos... Eso era algo que no se veia todos los dias, se quedó unos momentos en silencio tan solo visualizando el jardin que los rodeaba majestuosamente, la tarde ya se convertia en la hermosa noche.

- Serán como las 6 de la tarde o algo asi aru...- dijo pensando en voz alta aun manteniendo abrazado a Kytsume.

- Realmente no se que hora es... dame un segundo.

En un movimiento rápido y elegante, bastante propio de su tierra natal, Inglaterra, extrajo su reloj de bolsillo del lado derecho de su pantalón. Lo abrió con delicadeza y observó la hora. Miró a Yao a los ojos y sonrió.

- En realidad ya son las nueve - tenía una sonrisa picarona en el rostro - deberíamos estar cenando, estudiando o incluso durmiendo.

Liberando a su aniki unos segundos del abrazo, dio cuerda al hermoso reloj dorado y una melodía inundó su mente por completo.

- El nombre de esta melodía es Lacie - cerró los ojos, disfrutando - alguien a quien yo tenía en alta estima la compuso y me regaló este reloj.

Cerró el artefacto con el mismo cuidado con el que lo había abierto lo cerró y lo devolvió a su anterior lugar.

- No sonará muy relevante, pero es algo más sobre mi vida pasada, algo que me importa en demasía.



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Pequeño extra (para tener algo más de ambiente) [Si no me esta permitido ponerlo que alguien me lo haga saber, pero lo dejo en Spoiler por comodidad y solo lo pongo porque me parecía adecuado]
La melodía es esta:

Spoiler:

Vio con detalle y curiosidad el hermoso relog que habia sacado, sonrió y rió un poco al ver que eran ya las 9 de la noche, al escuchar la melodia del relog no pudo evitar cerrar los ojos también, era una cancion tranquila y algo nostalgica, muy hermosa la verdad, una sonrisa de satisfaccion se dibujo en el rostro de Yao.

- Respeto a esa persona quien quiera que fuese, ya que al componer tal melodia aru, es impresionante...- dijo con suavidad abriendo los ojos y tomando la mano de Kytsume.- Cuidalo muy bien aru.- dijo sonriendole dulcemente, esa pequeña melodia habia hecho aquel momento de tranquilidad mas placentero para él, no olvidaria aquella musica del pequeño relog de kytsume.

- Era mi... padre - susurró, en un suspiro apenas audible.

No tenía muy claro porque se la había mostrado a Yao. Ni siquiera su madre conocía aquel reloj o la composición musical que ocultaba en su interior. Siempre, desde el día en que su padre se lo había entregado en su lecho de muerte, hasta el presente día, nadie había escuchado aquella música aparte de si mismo.

- Mi madre siempre me ocultó el nombre de mi verdadero padre... nunca le he dicho a nadie, ni siquiera a ella, que llegué a conocerle poco antes de que muriese por una enfermedad ósea - su sonrisa era melancólica - pero supongo que así es como debía ser, porque mi madre se avergonzaba de haberle amado tiempo atrás.

El aire de la noche le golpeó el rostro y le hizo ver las cosas tal y como siempre se las había ocultado a si mismo, se negaba a aceptarlo pero sabía que esa verdad estaba ahí, oculta en las profundidades de su pecho y de su mente.

- Ciertamente, estoy seguro de que mi madre se arrepiente de haberme entregado la vida que ahora disfruto a su costa.

Sus palabras inundaron su mente, lo escuchaba atentamente sin perder detalle de sus expresiones al hablar ni de las palabras que salian de su boca, se levantó lentamente mientras él hablaba y se posó por detrás de el rodeandole con sus brazos, con una pequeña sonrisa al verle.

- Apesar de eso aru, ninguna madre se arrepiente de nada, asi no lo demuestre con sus acciones aru...- dijo en susurro con los ojos cerrados, apoyando su cabeza en el hombro de Kytsume.- Sólo miralo de esta forma, tu padre siempre está contigo, acompañandote a todas parte como ese relog tan preciado que te entregó aru...- dijo con una sonrisa dulce mientras abria los ojos con lentitud y miraba hacia el cielo.

- Mi madre si se arrepiente, ella misma lo dijo en innumerables ocasiones - posó una de sus manos sobre las de Yao - nunca fui un hijo amado ni deseado, pero tampoco me lo merecía. Soy un bastardo, el fruto de una noche desdichada y del miedo de una chica joven y enamorada a abortar al resultado de su nuevo capricho amoroso. Quizá por eso nací con esta extraña doble personalidad, esta que me vuelve dócil y agresivo en apenas segundos... o se desarrolló debido al maltrato al que me sometieron de pequeño... no quiero que nadie se compadezca de mi, simplemente oculto mis secretos para mi y mi alma.

Elevó una mano de Yao con la suya propia y le besó el reverso, con un inmenso cariño.

- Nunca tuve un hermano porque mi madre no quería volver a equivocarse del mismo modo que se equivocó conmigo - suspiró - me envió a varios internados para olvidarme, se forjó su fama y se convirtió en una pop idol soltera y sin hijos. Podría destruir a mi madre si lo desease pero con solo imaginarme cuanto la amaba mi padre... creo que ese es el motivo por el que la perdono, por el que soporto todas sus tonterías y todos sus rechazos.

Se giró con lentitud, encarando a Yao y mirándole a los ojos, con un tenue brillo de melancolía en ellos. No buscaba su compasión, no buscaba que le consolase ni nada por el estilo simplemente...

- Esta es la verdad sobre mí, esta es la realidad de toda mi vida y la razón por la que nunca seré una buena influencia. No nací para ser buen chico ni nací para ser un jovencito normal que crece y se convierte en un hombre casado, con una familia... un hombre de provecho. Sospecho que si mi madre supiese que soy gay se sentiría aliviada, porque no tendrá nietos y, por lo tanto, no necesitará preocuparse de que yo, su peor error en vida, me reproduzca.

Miraba con algo de preocupación a Kytsume al hablar, todos tenian sus pasados algo tragicos unos mas que otros pero igual, a la manera de cada quien, podrian doler de igual manera, sonrió ligeramente mientras veia ahora de frente a Kytsume que le contaba todo lo referente a su pasado. La mano derecha de Yao al escuchar terminar de hablar al peliblanco, se poso en la mejilla de este para sonreirle.

- Algo si que me enseñaron aru, es que ninguno nace por error, por algo estas aqui disfrutando de tus dias de vida yoroshi, no importa como seas, tu pasado o algo por el estilo, tienes un proposito en esta vida aru.- dijo con tranquilidad acariciandole la mejilla con cuidado.

- Porque hey, a mi me odian en casa aru.- dijo con tranquilidad.- Me vine aqui para escapar un tiempo de ellos aru, pero yo aun les dedico una sonrisa, asi me odien...- dijo con suavidad mirando hacia el suelo por unos segundos, bajo su mano y cerró los ojos para arreglarse un poco la coleta.

- ´Tu refugio esta con los que te quieren, los que te desprecien tan solo ignoralos y no les prestes atencion aru, que al final verás quienes te quieren por lo que eres, asi seas una persona con cambios de personalidad o tu color de ojos o tu cabello, no importa siempre hay personas que te apreciaran yoroshi.- dijo sonriendole dulcemente mirandole a los ojos-

En un segundo, su brazo rodeó la cintura de Yao y su mano sujetó su rostro, para besarle con una desmesurada pasión. No comprendía porque hacía esas cosas tan extravagantes, pero acababa de sentir una oleada de calor recorrer su espalda y algo le había incitado a tocar a su aniki de ese modo tan poco correcto.

Se apartó, acarició los labios de Yao con el dedo pulgar y le liberó del abrazo. Se dio la vuelta y se tocó sus propios labios con el dedo índice y el corazón, culpándose por sus tonterías.

- Siento comportarme de este modo, no merezco que me respetes ni que me aceptes como tu hermano menor... soy un desconsiderado caprichoso.

Una vez más los arranques del pequeño kytsume hacian que el no dejara de sorprenderse, lo abrazo y le besó fugazmente, Yao no se movió, solo le correspondió timidamente el beso de este, al separarse y al ver como el se volteaba avergonzado, Yao hiso una mueca con su boca divertido, se levantó y le dio leve toque en la cabeza con su puño, pasando por su lado.

- Tranquilizate aru, eh de acostumbrarme a ti aru.- dijo con una sonrisa volteando su cabeza para mirarle, tomó la caja de dulces que reposaba cerca de ellos y la tapó con cuidado.- Además no permitire que lleges tan lejos sin mi consentimiento.- dijo mirandolo de reojo con una sonrisa algo lujuriosa que no se le veia todos los dias, para luego reir tapandose la boca, no estaba acostumbrado a esas cosas.

- Sin tu consentimiento sería violación - sonrió de lado - pero te aseguro que debes tener cuidado, soy demasiado inestable y a veces no me controlo a mi mismo como hoy.

Tomó la caja de dulces de manos de Yao, extrajo uno de su interior con la delicadeza que le correspondía y lo tomó entre sus labios, para acercar el otro extremo a los de Yao, incitándole a que lo probase de su boca.

Era tan... agradable. No era relación carnal por diversión, no era simplemente... bueno, sexo. Ni siquiera eran besos húmedos y lujuriosos. El deseo que sentía por Yao posiblemente se palpaba en el aire... pero eso era algo que solo él y su mente conocerían, hasta que su aniki estuviese preparado para descubrirlo. Por ahora se pondría su careta juguetona y se dejaría llevar por el viento, que siempre había guiado sus pasos en la dirección más oportuna.

- Por algo se artes marciales tranquilizate aru, prometo no partirte el cuello.- dijo casi como reto mientras no aguantaba la leve risa que se le formaba en el estomago, vio la intencion de Kytsume con el dulce, le siguió el juego y tomó la mitad con sus labios comiendolo.

- Suficiente dulce por hoy aru.- dijo estirandose hacia arriba.- Quiero una buena taza de té.- dijo casi que con capricho, camino un poco viendo el lugar y luego emitió una pequeña risa nerviosa.- Me acabo de acordar que no se donde queda nada aqui.- dijo con una amplia sonrisa tonta, volteandose hacia Kytsume, como pidiendole le indicara el camino hacia algun lugar, no se talves una habitacion para poder preparar su té de la noche. Se masajeó un poco la nuca mientras miraba a todas partes.

- Si quieres podemos ir a mi cuarto... no es una invitación indecente, pero si temes quedarte a solas conmigo será problemático - sonrió ampliamente.

Le tendió una mano, esperando que la tomase para guiarle hasta su cuarto de la residencia. En su entendimiento, era libre de invitar a quien desease allí, porque supuestamente era "suyo". No tenía muchas cosas suyas en aquel lugar, pero si Yao entraba ahí, podría estar aún más unido a ese espacio en el que debía dormir noche tras noche, viviendo pesadilla tras pesadilla.

- No me han entregado una habitación asi que ire contigo aru.- dijo sonriendo y tomandole de la mano y con la otra la caja de dulces que calculaba quedaban unos 5 nada más.

- Ya te dije que por mi no te preocupes yoroshi.- dijo a su comentario de "problematico" quedarse con él, no haria daño dormir en su habitacion una vez. Empezaron a caminar en un rumbo que Yao se empezó a aprender enseguida, miraba todos lados como siempre memorizando todo, no le gustaba perderse, la noche hacia que el instituto fuese tetrico y hermoso a la vez, le recordaba a alguna noche vampirica, o que demonios estaba pensando....Rió internamente y siguió los pasos de el peliblanco.