Al más puro estilo oriental ( Kytsume)

Tomó la ropa que había seleccionado y, sin pensárselo mucho se puso a cambiarse en el mismo sitio en el que se encontraba. De todos modos, las gemelas que les habían atendido ya se habían ido y con Yao delante no tenía vergüenzas.

Se puso primero los pantalones - la ropa interior venía incluida por defecto - y después la camiseta, revolviéndose el pelo. Pasó su mano para echarlo hacia atrás un poco y después le dejó caer de nuevo con su estilo natural, sin preocuparse demasiado sobre peinarlo o no peinarlo porque, al fin y al cabo, no iba a ningún lugar de alta etiqueta y además iba con alguien con quien tenía total confianza.

Vio a Yao salir del cambiador y le encantó como estaba. Como siempre. Hubiese preferido que se dejase el pelo suelto, pero comprendía que debía ser incómodo para él. Vio como se lo recogía en la cola baja de siempre y le sonrió, acercándose a él y sujetándole por la cintura.

- Tan maravilloso como siempre - le besó cortamente en los labios - No se como demonios lo haces pero siempre estas guapo con lo que te pongas - le guiñó un ojo y le dedicó una sonrisa amable y cariñosa.

Sonrió cortamente con cierto tenue rubor en sus mejillas al recibir el beso de Kytsume y escucharle, los cumplidos del chico significaban mucho para él. Llevó sus manos hasta la cabeza del chico para arreglarle un poco el cabello que, no se veia mal, tan solo por ocio lo hacia.

- Tu también te vez bien con todo aru.- dijo con una sonrisa y besandole la mejilla. Se estiró un poco, masajeandose luego la nuca, su boca se fué abriendo para decirle algo a Kytsume, pero fue interrumpido por unas de las gemelas que entraban de golpe con un celular en mano.

- Superior Joven Yao... - le indicó quien era, Yao suspiró y tomó el telefono, llevandoselo a la oreja con desden, hiso un leve sonido en su garganta para que la persona del lado del aparato supiera le escuchaba. Empezó a dar pequeños pasos alrededor de su habitación, escuchando con atención lo que le decian, tanto era su aburrimiento al escuchar que por unos segundos apartó el celular haciendo una mueca de fastidio.

- Si te estoy escuchando aru..- dijo al volverse a poner el celular en la oreja.- Esta noche lo haré... Porque voy a hacer otra cosa en la tarde.....No me interesa aru........ Noo~........ Por dios, tienen el descaro de mandar a alguien que me espie y me vienen a exigir yoroshi, no se porque se mortifican si siempre les cumplo aru...... Si si lo que digas aru...- trancó la llamada, negando con la cabeza y le pasó el telefono a la chica que se retiraba inmediatamente, miró a Kytsume y le sonrió despreocupado, no queria el chico pensara era un estorbo o distracción en sus deberes.

- Son solo un monton de viejos amargados e impacientes aru...- dijo acercandose al peliblanco mirandole a los ojos.- Esto... nos vamos aru?..- preguntó en tono suave

Ver las caras de fastidio de Yao era bastante divertido y además se veía tierno pero... se sentía como si fuese una pequeña molestia. Quizá el chico tenía mejores cosas que hacer que atender a un amante egoísta y ansioso como él.

- ¿De verdad que no molesto? - después escuchó la pregunta y le pareció que si Yao quería salir sería por algún motivo en especial - Mmm... sí, en cuanto puedas y quieras nos vamos.

Le dedicó una sonrisa, al tiempo que le apartaba un mechoncito de la cara. Era rotundamente adorable. Además, le palpitaba el corazón de emoción ante la idea de pasar la tarde con él. Sus ojos eran tan... puros. Estaba ansioso por hacer lo que tenía pensado, aunque también le temblaba el pulso cada vez que pensaba en ello. ¿Estaría bien? ¿Sería un error? No lo tenía claro y si las cosas no se prueban no se consiguen, por lo que se asintió interiormente y besó con ternura a su amante.

- Creo que no me llevará mucho tiempo hacer los sandwiches, si quieres me adelanto y los voy preparando yo... pero no me gusta la idea de separarme de ti, aunque tan sólo sean unos minutos - suspiró - se que suena egoísta... pero te necesito tanto...

Sonrió dulcemente ante la actitud de el chico, era tan adorable ese lado de él, sonrió ampliamente negando con la cabeza.

- No molestas enserio aru, igual son cosas que hago en solo unos 20 minutos yoroshi, estoy acostumbrado aru.- dijo encogiendose de hombros para que no se preocupara por los asuntos de su familia. Rió gustozo ante sus ultimas palabras entrelazando sus manos con las de él, mirandole a los ojos que tanto le gustaban, Kytsume era como un niño y a la vez no lo era... no se lo explicaba muy bien en su cabeza pero, tener esa duda le gustaba.

- Para nada aru, vamos juntos..- dijo ladeando la cabeza sonriendole con cariño.- No es egoista aru, eso mas bien me alegra, porque demuestras te importo aru..- ruborizó un poco sus mejillas por sus palabras, le besó en la mejilla y le soltó de las manos con tranquilidad, dirigiendose a la puerta, y para su sorpresa las dos gemelas seguian ahí, reaccionando asustadas, Yao arqueó una ceja y las tomó a ambas por las orejas.

- No sean tan descaradas aru, si quieren ojear tan solo entren aru.- dijo con una sonrisa maliciosa, las chicas entre el mini dolor que les causaba reian por las palabras de el pelinegro que las soltó a los pocos segundos.

- Joven Kytsume cuide bien al señor Yao porfavor- dijeron ambas al mismo tiempo y se fueron corriendo mientras sonreian, Yao se dió media vuelta para mirar a Kytsume con una sonrisa haciendole señal le siguiera para salir... En el camino todos les deseaban una feliz tarde y que se cuidaran, obviamente la señora Xiao hiso lo mismo, les abrieron las puertas para poder salir de la casa...

- Gracias por acompañarme a casa Kytsu aru..- dijo con una sonrisa a su acompañante de cabellos blancos, deteniendose a unos 10 metros de la mansión.

Caminaban por el pasillo y todas las personas se inclinaban levemente y les deseaban una buena tarde. En realidad se la deseaban al señor de la casa, pero como este era su pareja sentimental, él mismo estaba incluido en el pack. Sentía como sus piernas andaban solas, sin pensar en los movimientos que realizaba, mirando a un lado y a otro la mansión que poseía su amante. Era todo tan exótico y llamativo como él, pero no era tan hermoso como el cuerpo que había besado un par de horas atrás.

Salieron de la mansión, con la despedida de la señora Xiao y de los demás trabajadores del gran edificio que dejaban atrás y, hasta pasados 10 metros, Yao no se detuvo. Cuando lo hizo, vio una sonrisa en el rostro del chico y se sintió aliviado.

- ¿Pero qué dices? - le besó la mejilla con cariño - gracias a ti por llevarme y mostrarme más cosas de ti - esta vez el beso fue en los labios.

Tomó la mano de su amante, esperando que eso no le molestase. Era una muestra de afecto pública, pero cuando se encaminaban hacia la mansión no le había importado por lo que esperaba que ahora tampoco. Su mano era cálida y tierna, especial. Junto a él, se creía capaz de todo y haría cualquier cosa por ver a Yao sonreír.

- ¿Te he dicho ya que te quiero? - le sonrió mientras caminaban, mirándole de soslayo.

Se sintió algo apenado por las palabras de Kytsume, además de tomar su mano para empezar a caminar, sonrió tontamente mirando los alrededores con un tenue rubor en sus mejillas.

- Creo que si aru, pero no me importa lo repitas...- dijo mirandole de reojo, entrelazó sus dedos con los de él que se veia algo gracioso ya que las mangas de su chaqueta no dejaban ver por completo su mano, siempre le gustaba que sus manos no se vieran, se sentia comodo así, siempre dependiendo de la vestimenta. Tal y como el dia empezó agradable la tarde lo era aun más, se emocionaba al pensar llegar al bosque y disfrutar de aquel hermoso dia, ni frio ni calor, estaba tan fresco, que parecía nada podia salir mal... Pero no se confiaba, ya que al hacerlo de seguro todo se iria abajo, se preguntaba un tanto preocupado, si realmente Kytsume tenia algo que hacer, debido a la llamada desde hacia unas horas en su habitación.

Sin poder evitarlo miraba al suelo algo temoroso de preguntarle sobre eso, y su curiosidad le hacian retorcerse por dentro... miró de reojo a Kytsume, como si fuese ese tipo de escenas de un niño tratando de decirle a alguno de sus padres que habia roto algo, por alguna razon asi se sentia por dentro. Le ponia nervioso tan solo ver que el chico no esbozara una sonrisa al preguntarle, suspiró levemente y decidió callar.

- ¿ Y porque esa idea de ir al bosque aru?..- preguntó con una leve sonrisa.

Le encantaba decirle "te quiero" a Yao. Era muy adorable y además, en esta ocasión, había entrelazado sus dedos con los de su mano. Siempre iba con mangas largas y eso le daba una extraña apariencia a aquella unión que había entre ambos, seguramente desde fuera no se vería ni su propia mano. Pero aquello no importaba, lo importante era el tacto de la mano de su amante sobre la suya propia.

Parecía inquieto. ¿Querría algo? Quizá necesitaba decirle algo y no sabía como empezar... eso le pasaba a él muchas veces y al final lo decía de cualquier manera. Pero posiblemente Yao no fuese así. Le observaba de soslayo, preocupado. Pero de pronto el chico le hizo aquella pregunta tan inocente.

- Oh bueno... ¿No te parece un lugar bonito? - sonrió - desde que te conozco, quiero hacer un picnic contigo.

Le apretó un poquito más la mano, al tiempo que le dedicaba una sonrisa amplia y alegre. Su corazón latía a mi por hora y tenía que controlar sus nervios y los pensamientos esporádicos que abordaban su mente. Se moría por llegar a su piso, cogerlo todo y salir corriendo hacia el bosque...

La respuesta de Kytsume le hiso reir gustozo, desde que le conocia? le parecia tan maravilloso de su parte pensar eso. Le hiso emocionar sus palabras, queriendo ya llegar a aquel lugar en el bosque, como este le hiso ante apretó levemente la mano que tenia entrelazada con la de él, al estar así su sonrisa no se borraria.

En un pasó que dio de más distancia alcanzo a Kytsume para besarle cortamente en la mejilla y siguió sin más caminando junto a él, talves le preguntaría lo que le inquietaba por dentro en su habitación o en el bosque, ya decidiria el momento apropiado, o al menos que el chico ya se ubiese dado cuenta de que Yao queria decirle algo y le preguntase al respecto.

- Si te gustó estar en mi casa aru?, disculpa si te agobió ese ambiente yoroshi..- dijo con una tenue sonrisa mirandole de reojo, aunque ya sabia el chico le gustaba estar con él, su casa agobiaria a cualquiera, incluso a él... Y bueno recordando lo tanto que hicieron en su casa en tan poco tiempo, le hiso sonreir más ampliamente, además de que le hacia gracia que no se llevase bien con su mascota felina.

- Aun no logro entender porque no te llevaste bien con mi mascota aru..- dijo con una sonrisa divertida mirando hacia un lado, para tratar de ocultar su creciente sonrisa de satisfacción.

Le parecía que algo tenía que decir Yao pero que no se atrevía a hacerlo... cada vez tenía más y más esa sensación. Quizá era porque le notaba levemente inquieto o quizá solo fuese una mala sensación suya pero estaba empezando a planteárselo seriamente.

La pregunta del chico le hizo reír. Después de todo lo que habían hecho en la casa, después de conocer a los pandas - le vino a la cabeza la imagen del pequeño panda y no pudo poner una carita adorable durante unos instantes - de conocer al tigre y de hacerle todas las cosas que le había hecho en su cuarto... ¿Cómo demonios no le iba a gustar estar en su casa?

- Claro que me gustó - le dedicó una sonrisa cariñosa, ladeando levemente el rostro al hacerlo - de hecho, me encantó.

La segunda pregunta fue realmente graciosa. Ahí si que no pudo evitar ponerse a reír como un loco. Se tuvo que parar y sujetar fuertemente el vientre para relajarse. No es como si no se pudiese llevar bien con el tigre, era solo que los dos eran posesivos, la mascota y él mismo, y como quería a Yao solo para sí, el tigre era un obstáculo.

- No es como si no me pudiese llevar bien con él - le pasó el brazo a Yao por los hombros - es sólo que tengo celos de esa mascotita tuya... porque te conoce desde antes que yo y te ha tenido a su lado más años - dicho esto, hizo un aniñado pucherito.

rió energicamente junto a Kytsume quien se detenia para reir, le escuchó con atención ruborizandose con una sonrisa atontada, ante su puchero le dio un beso sorpresivo en la mejilla esbozando aquella misma sonrisa.

- No estes celoso aru...- dijo con suavidad.- Yo estoy solo para ti aru..- dijo poniendose muy rojo bajando la cabeza para ocultar su rostro, lo que habia dicho sin pensar le hiso acelerarse, pero sonreia por haberlo dicho. La calidez del cuerpo de Kytsume le llenaba de sentimientos tan placenteros, se sentia seguro con él, capaz de cualquier cosa...

- Aiyaa... se que soy muy penoso pero esto es ridiculo aru..- dijo suavemente con diversión, levantó la mirada al chico y le sonrió con dulzura, tan sólo se habian conocido el dia anterior y ya eran más que amigos, algo que no se veia todos los dias, sintió la suave brisa por unos segundos respirando hondo.

- Nos apresuramos o prefieres tomarte tu tiempo aru?..- dijo sacando la lengua mientras le miraba con inocencia, estaba impaciente y no lo estaba, porque lo que importaba era estar con ese chico de cabellos blancos, que con tan solo acercarsele le aceleraba el corazón, y le hacia no querer separarse de él...

Cuando vio como Yao bajaba la cabeza, avergonzado, no pudo evitar sentir ternura. ¿Cómo demonios podía ser tan adorable? La sonrisa que siguió después a ese gesto le detuvo el corazón. Aquel chico era su única razón para ser feliz... y se daba cuenta de ello cada día.

- Venga va, apresurémonos - cuando Yao le sacó la lengua, se la atrapó entre sus propios labios.

Después, le sujetó la cintura y le comenzó a dar un beso con lengua bastante apasionado. No sabía porque ni para que, pero se moría de ganas de besar a su amante. Suyo, únicamente suyo.

- Tengo ganas de estar tumbado bajo las estrellas contigo - señaló al cielo elevando levemente el rostro - al fin y al cabo esta anocheciendo.

La mera idea de poder observar las estrellas sujetando la mano de Yao ya le hacía sentirse completo y feliz. Hacía que su pecho latiese con la emoción de un primer beso o del primer amor. Y es que, en el fondo, Wang Yao era su primer, su único y su último amor.

El rubor que se habia ido lentamente regresó al instante ante el beso de Kytsume, cerró sus ojos lentamente dejandose llevar por esos breves segundos. Le escuchó atentamente mirandole a los ojos, pero aun seguía ruborizado por el beso, ya se le pasaría...

- Si es cierto aru..- dijo con lentitud abrazandole, rodeandole con sus brazos por su cintura, colocando su cabeza en su pecho, ya que apesar de él ser menor a Yao, era más alto, aunque según el pensaba, cualquiera era más alto que él. Sonreía dulcemente sintiendo los latidos de Kytsume por unos segundos con sus ojos cerrados, que le emocionaba tanto al chico que se moria de ganas por llegar?. Tan solo pensarlo le daban ganas de correr hacia el bosque sin buscar comida ni nada, alzó la mirada para verle y sonrió ampliamente.

- Vamos entonces si aru?...- dijo con una dulce sonrisa separandose de él y tomandole de la mano nuevamente para empezar a caminar, su corazón se iba tranquilizando, y sus mejillas volvian a su color conforme pasaban los minutos.

A los minutos ya estaban en la entrada del instituto, atardecia cada vez más, y empezaba a hacer un poco de frio, tolerante nada del otro mundo, entrelazó sus dedos con los del chico y le sonrió. - Hay algo que me ah estado atormentando aru... Quien era la persona con la que hablabas por celular en la mañana aru?...- dijo con suavidad mirandole a los ojos con preocupación, apretó un poco su mano entrelazada con el peliblanco, dandole a entender no era necesario le respondiese, pero estaba tan intrigado por aquello que no se pudo contener. Se detuvó justo en la entrada de la habitación en la que habian estado antes, esperando su respuesta.

Ver como Yao se abrazaba a su cintura le hizo creer que moriría de ternura y felicidad. ¿Cómo podía ser tan adorable y tan sensual al mismo tiempo? Como fuese, se dedicó a acariciarle el pelo a su amante hasta que éste elevó el rostro y le pregunto si continuaban con su camino. Por supuesto, deseaba llegar cuanto antes al bosque.

- Sí, vamos - sonrió, al sentir la mano de Yao sobre la suya y al comenzar a caminar seguía con una sonrisa de bobo enamorado. Nunca había experimentado esa sensación de "atontamiento" de la que siempre hablaban en las películas pero comenzaba a comprenderla un poco.

Cuando ya estaba ante Rokkentei le sorprendió la pregunta de Yao... ¿A qué venía eso ahora? No es como si no quisiese contestarle, eso le daba absolutamente igual, es sólo que bueno... le había sorprendido sobremanera.

- Era mi madre... - bajó un poco el rostro, sintiendo como se reafirmaba el agarre de la mano de Yao sobre la suya propia - Tiene intenciones de venir a visitarme este mes y esta empeñada en que yo le proponga una fecha para presentarle a todos los amigos que he hecho aquí pero no se si quiero que vosotros, personas maravillosas, conozcáis a la mujer que me dio la vida.

Con un giro rápido de la llave se adentró en el cuarto, se acercó a la mesita, tomó algo que reposaba sobre ella y se lo guardó en el bolsillo del pantalón. Después, se acercó a una pequeña repisa que había en el cuarto y sacó el pan de molde y el contenido que tendrían los sandwiches - como no se lo que le gusta a Yao, que decida él lo que quiere tener en su sandwich -.

- Salimos ahora mismo rumbo al bosque - sonrió, girándose para mirar a Yao desde su posición actual.

Ante la respuesta, hiso un leve pucherito medio enojado consigo mismo, ya le habia respondido su duda, asi que no comentaria al respecto. Lo vendría a visitar?, que curiosa era la madre del chico, que segun no le importaba la vida de su hijo... eso le hiso pensar, buscando las 5 patas al gato sin tener información clara... no seria malo llegar a conocerla, pero todo dependia si su hijo aceptaria que Yao le conociese.

Miró a Kytsume como preparaba todo para que saliesen de ahi, sonrió ligeramente adentrandose en la habitación a paso lento, mirandola nuevamente de rincon a rincon, no pudo evitar sonreir más al sentir que todo el cuarto desprencia el aroma de Kytsume, como era de esperarse, rió internamente y fue hasta el lado del chico para mirar lo que hacia.

- Kytsu sera mejor que busques algo que te abrige más yoroshi... puede que haga mas frio aru..- dijo con suavidad, como siempre previniendo cualquier situación y lo haria aun más con el chico al que amaba, le dio un beso en la mejilla sin poder contenerse y se giró en un pie, caminando hacia la ventana para disfrutar del paisaje.

- Ya casi anochece por completo aru- dijo con una sonrisa animada, impaciente de salir, porque amaba la naturaleza y amaba a Kytsume, que mejor combinación, que más podria pedir?...

En un abrir y cerrar de ojos ya había terminado de preparar unos sandwiches. Tenían bastante relleno y el pan estaba esponjoso, por lo que su apariencia era bastante apetecible. Se acercó hasta su armario y sacó una cesta simple de mimbre donde los metió. Acto seguido se hizo con dos manzanas y las colocó junto a los anteriores.

Hecho esto, lo cubrió todo con un mantel que tenía pensado utilizar allí, lo suficientemente grande como para que entrasen ambos y la poca comida que necesitaban, y añadió un par de botellas de refresco y una un poco más grande de agua.

Lo miró todo junto, recontó con los dedos y mentalmente por si se olvidaba de algo y finalmente tomó una bocanada de aire y la liberó en un suspiro.

- Listo, creo que ya lo tengo todo.

Dicho esto, se acercó a Yao por detrás para sujetarle por la cintura como solía hacer y le besó cariñosamente la mejilla, apartándole un poco el pelo. Miró el cielo y se percato de que ya se encontraban en el ocaso, y de que pronto los arroparían las estrellas entre los árboles frondosos del bosque.

- No te preocupes, junto a ti no puedo pasar frío - dijo al fin, y le apretó un poco más, acercándolo a sí. - No importa que momento del día sea, tu presencia enciende una llama en mi pecho y me infunde todo tu calor.

Pasaron unos minutos mientras esperaba al chico, hipnotizado por el ambiente de afuera, esbozando su pequeña sonrisa de siempre. Volvió de la tierra de sus pensamientos cuando sintió la presencia de Kytsume atrás de él tomandole por la cintura, recibió el beso ampliando un poco más su sonrisa, posando sus brazos en su cintura para tocar los del peliblanco.

Sus mejillas se encendieron con tenuidad ante las palabras del chico y rió levemente cerrando los ojos por unos segundos.

- Tienes razón aru...-dijo abriendo los ojos mirando nuevamente por la ventana, suspiró aliviado, se dió media vuelta para quedar frente a Kytsume y le sonrió dulcemente devolviendole aquel beso en la mejilla.- Entonces nos vamos no aru?.- dijo sonriente ladeando la cabeza y caminando hacia la mitad de la habitación, rebozaba de una paz tan total que parecia caminase por las nubes, como si todo lo malo de aquel mundo se hubiese ido con tan solo estar al lado de Kytsume. Talves ahora pudiese recordar que era amar sin barreras, recordando un sentimiento similar en su pasado, pero que no era comparado con el que vivia ahora en el presente.

" Y mientras dure lo disfrutare al maximo " decidió en su mente sonriendo y caminando hacia la puerta, tocandola despacio.

- Creo que no me cansare de visitarte aru.- musitó su agrado hacia aquella pequeña habitación, y claro al sentir el aroma del chico al entrar le agradaba aun más. Giró de la perilla y abrió con lentitud esperando a su amado acompañante.